Lealtad Tatuada (R#4) [Lealtades #1]

68. Demasiadas frutillas

Rato después, un auto estaciona en frente del nuestro. De este baja un tipo que habla con Adrik, el cual se ve preocupado al ver la herida de su brazo, pero luego engancha los coches con un gancho. Después el morocho regresa al auto.

—¿Hay fresitas? Quiero fresas, ¡Vamos a comer fresas! —bromeo y Adrik me mira mal.

—En Argentina se dicen frutillas —me corrige Aleshka.

—Entonces... —Me relamo los labios —que ricas son las frutillas —Hago una pausa —ya, en serio ¿Quién es fresita?

—No te importa.

—Pero, pero... —Hago puchero.

El coche comienza a arrancar, ya que lo lleva el otro vehículo. Se hace un silencio en todo el viaje. Una vez llegamos, bajamos del coche y entramos a una casa de lujo.

Chiflo.

—Wow, linda mansión, casi tan buena como la de mi jefa —Sonrío ampliamente. Me acerco al hombre de antes —¿Quién es fresita? —exclamo contento.

Él se ríe y señala a Adrik.

—Él.

—¡Ya me confundí con tantas fresas! —Me revuelvo el cabello —¡¿Por qué?! —Me detengo —Un segundo... —Lo señalo —¿Y tú quién eres?

Sonríe.

—Un gusto, soy Jean —Ofrece su mano y nos las estrechamos —. Bonitos tatuajes —opina.

Adrik bufa y se cruza de brazos.

—Pueden dejar de hablar estupideces, tengo armar un plan.