11. Guía de amistad

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C.E.E.R - Años atrás

(Campo especializado de entrenamiento Ruso)

Hago los abdominales matutinos de todos los días antes de empezar a correr, cuando Adrik se me acerca.

—Aleksandr ¡Ven a ver esto!

—Espera un segundo —Me río —499 y, 500 —Me levanto —¿Qué pasa? —agarro mi toalla para sacarme el sudor de la cara.

—Las chicas se están peleando —dice pícaramente.

—Eres un pervertido —Vuelvo a reír —¿No tienes otra cosa que hacer?

—¡No, esto es diferente! —exclama emocionado —La nueva recluta que trajo el entrenador ¡Le está pateando el trasero a todas!

—Ah ¿sí? —Levanto una ceja —Deja de alucinar —Me río por tercera vez —y de tomar tanto alcohol, te está haciendo mal a la cabeza.

—¡Que no me estás escuchando... —Adrik es interrumpido por la entrada del entrenador.

Todos los novatos y los avanzados, nos callamos poniéndonos en posición para saludar.

—Chicos, quiero presentarles a su nueva compañera, Aleshka Smirnov —presenta a la chica fría, que está a su lado y luego me mira a mí —Kovalev, quedas a cargo de ser su guía.

Me elige a mí y me señalo confundido.

—¿Yo? Pero no soy novato, no está en mis tareas hacer eso.

—Smirnov necesita un guía capacitado —Señala a varios —no este par de incompetentes. Puedes hacer tus tareas y a la vez guiarla, lo harás bien y ahora ¡A trabajar! —grita lo último y todos hacemos el saludo.

Luego de la orden, la tal Aleshka me sigue como un robot y hace todo lo que yo le digo, da escalofríos ¿Es que acaso tiene alma? Parece solitaria.

—¿Así que derrotaste a todas las reclutas mujeres y por eso te enviaron con los hombres? —intento un tema de conversación mientras caminamos por los pasillos.

—Afirmativo.

—¡¿Y no me vas a dar ninguna opinión?! —Fuerzo una sonrisa, porque ya no sé qué inventar.

—Sólo obedezco órdenes.

—Adrik se hubiera aprovechado de eso —Me río, ahora entiendo porque me la encargaron a mí —¿Tienes algún amigo?

—¿Puedo considerar a el entrenador mi amigo? —Me detengo cuando me pregunta y ella hace lo mismo —¿Dije algo malo?

—No se aprovecha de ti ¿cierto? —pregunto al pasarse la idea por la cabeza —No, olvídalo. Me refería a amigos de tu edad —Me señalo —como yo ¿Quieres ser mi amiga?

Hace un silencio interminable hasta que me lo pregunta.

—¿Puedo? —Vuelve a pensárselo —No creo que este en el protocolo, mejor no.

—¿Qué extraño protocolo es ese? —Me río —Claro que puedes.

—Ya que me dijeron que aprenda todo lo que indiques, lo tomo, somos amigos —Ofrece su mano y acepto ese saludo confuso.

Será difícil mantener una conversación, pero por mí, no hay problema, puedo tener un montón de amigos, no importa quién sea. 

Lealtad Tatuada (R#4) [Lealtades #1]Where stories live. Discover now