Lealtad Tatuada (R#4) [Lealtades #1]

33. Confesión para suspirar

Nick

Luego de ver a Artur, ya es tarde, así que salgo rápido de su casa, pero me detengo y sonrío al visualizar a Aleshka.

—Alegras mi día con tu presencia.

—Los piropos no funcionan conmigo, Kovalev —Se gira —. Sígueme.

Estando alegre camino detrás de ella. No sé a dónde vamos, pero mientras esté en su compañía me pongo contento.

Llegamos a una plaza, el viento mueve su cabello rubio ceniza mientras camina, veo el atardecer y cómo ella se sienta en uno de los columpios. Levanta la vista para mirar el cielo y yo me quedo tildado observándola.

—Hay algo que te molesta ¿cierto? —Me siento en el columpio de al lado.

—Hoy vi a Adrik —dice sin mirarme.

—¡¿Qué?! —Me sorprendo —¡¿Y no lo atrapaste?!

—Supongo que me agarro desprevenida.

—¿Aleshka Smirnov? ¿Desprevenida? —Me río pero luego me callo al sentir que esto se convierte en una conversación muy seria —¿Qué ocurre? —exclamo preocupado.

—Adrik me dijo que si lo ayudaba a deshacerse del director de la C.E.E.R, me diría como encontrar a mis padres.

Me lo pienso.

—Pero eso sería ir en contra de tu protocolo. Además, es Adrik, no puedes confiar en él, recuerda lo que me hizo a mí —opino.

Mete su mano en el bolsillo y me muestra un papel, el cual agarro, para mirar detenidamente.

"Proyecto A".

—Es información valiosa —expresa y me mira —¿Tú qué harías?

—Mm te diré lo que mi hermano haría, seguir sus instintos —Sonrío —nada lo frenaba, él decidía por sí mismo, no dependía de nadie más y eso es lo que creo que deberías hacer.

Mira al frente.

—Mi instinto, sigue siendo mi protocolo. Entonces, suena a que sólo debería desistir de este deseo.

—Es un deseo, pero no significa que no se pueda cumplir, pero obviamente no de la mano de Adrik, en él no se puede confiar.

—Tienes razón —De repente sonríe y se me acelera el corazón.

—Amo tus sonrisas verdaderas —le digo y me mira volviendo a su rostro sin expresión —. Un milagro muy bonito que ya se esfumó —Suspiro.

—¿Recuerdas cuando te me confesaste por primera vez?

—Sí, lo recuerdo —Me río y luego me entra la curiosidad —¿Por qué?

Vuelve a observar al frente.

—Yo me acuerdo perfectamente.

¿Por qué de repente ha sacado el tema? ¿Tiene que ver con el protocolo aquello? No sé pero, lo recuerda y eso me hace suspirar.