Lealtad Tatuada (R#4) [Lealtades #1]

46. Cuida a Taty por mí

Termino la llamada telefónica y miro a Taty, la cual acabo de ir a buscar de la casa de su niñera. Sin embargo, ya no puedo enviarla más ahí, ya se nota muy sospechoso.

Hora del plan B.

—¿A quién estamos esperando? —pregunta Keisy.

—A un mafioso —Me río.

El coche negro estaciona cerca de la vereda y el Inglés abre la puerta tranquilamente.

—¡Amigo David, quiero bajar! —grita Katty desde el auto.

—¿No dijiste que ibas a cuidar a Evan? —Él se ríe.

La pequeña infla los cachetes.

—No.

—Igualita a la madre —opino sobre mi jefa.

El marido de Crista le abre la puerta, la niña rubia sale corriendo y él saca al bebé de la butaca del vehículo.

—Qué bien que estás de niñero porque necesito uno —expreso alegre —¿Dónde está la Reina?

—La diosa griega está en el salón de belleza —Mira su chaqueta sucia —y yo necesito un nuevo guardarropa. Ya me vomitaron otra vez.

—¡Me está molestando! —grita Taty y se agarra de mi pierna, señalando a Katerina.

—¡No es cierto! —se queja la pequeña rubia y tironea de su brazo —¡Vamos a jugar!

—No hagas eso —David la aparta agarrándola de la manita.

—¡Le diré a papá! —grita molesta y se pone a chillar.

—Entonces no hay más caramelos para ti —expresa seriamente y la niña deja de hacer berrinches.

—Tú poniendo límites, que miedo —Me río.

Sonríe.

—Un honor.

—Entonces ¿Me cuidas a Taty? —Señalo a la pequeñita que se mantiene agarrada de mi pierna.

—Bueno, te la debo, así que de acuerdo —Camina hasta Tatiana y le sonríe —. El amigo David tiene muchos juguetes en su casa ¿Los quieres ver?

—Mm, no sé... —expresa tímida —ella es mala —Mira a Katerina.

—No soy mala, soy perfecta —aclara la otra pequeña y me río —¡No te rías, Nick Nick! —Infla los cachetes.

—No quiero —hace puchero Tatiana, a punto de llorar.

Niña inteligente, eso es trampa.

—Katerina jugará con su Tablet, no te molestará —aclara David.

—¡Sí, mi Tablet! —grita feliz la pequeña rubia.

—Y dile a tu mamá que te la di —Se ríe —así se enoja ¡Qué divertido! Todos ganamos —Mueve las cejas.

—A la jefa no le gustará eso —opino.

—Me encanta hacerla rabiar, ese carácter me vuelve loco —Queda pensativo, reacciona —¡Bueno, nos vamos! —exclama animado y veo como se retiran.

—¿Y ahora a dónde vamos? —pregunta Keisy que se mantenía fuera de la conversación.

—A buscar a tu papi.

—¡Ay cielos, no! —se queja y comenzamos a caminar.

Tengo que aclarar unos temas con Artur Vólkov.