Lealtad Tatuada (R#4) [Lealtades #1]

6. Existen los celos

Ya es de noche y mientras Taty duerme en la cama del hotel, yo sigo revisando el perfecto lugar dónde dejarla.

Se me agota el tiempo.

Oigo dos golpecitos en la puerta y me levanto a abrir. Una sonrisa se me dibuja en el rostro al verla y la miro de arriba abajo.

—Si sabía que me venías a visitar así me ponía un esmoquin —acoto sobre el hermoso vestido pegado al cuerpo que resalta sus curvas, su cabello recogido que hace notar el perfume que se puso en su cuello. Una fragancia tentadora y mortal que me hace morder el labio inferior con deseo, antes de pronunciar el nombre que tanto me gusta —Aleshka.

—No estoy coqueteando contigo, Kovalev —Entra y cierro la puerta detrás de mí —. Te dije que estaba ocupada, vine asegurarme que todo haya salido perfecto —Mira a la niña durmiendo, pero no acota nada sobre ello, vuelve a observarme y continúa con el tema —¿Y bien? —exclama fríamente —¿Ha habido algún inconveniente?

—Absolutamente ninguno —Levanto la cabeza con notable alegría y luego la bajo acercándome hasta ella —. Si estás ocupada —Doy un paso al frente —¿Te vas a encontrar con un hombre? —digo sin expresión en mi rostro y tengo la mirada fija en esos preciosos ojos claros que me vuelven loco.

—Estoy en una misión, no sé a qué viene esa pregunta —responde sin una mínima pisca de emoción en su rostro.

Sonrío.

—Huy y yo que pensé que me querías poner celoso.

—No pases el límite, Kovalev —amenaza.

—¡No lo pasé! —Levanto las manos y me río.

Camina hasta la puerta.

—No olvides estar en horario en la casa de Vólkov —Toca la manija —y no te metas en líos —La abre y veo cómo se retira.

Eso me recuerda que tengo que estar temprano y no será muy profesional llevar a una niña a esa mansión. Vuelvo a mirar la guía telefónica y ya que no encuentro una buena casa hogar, observo la hora y bajo a recepción, necesito un consejo. La recepcionista muy amablemente me recomienda una amiga de ella para que cuide de Taty.

Estoy de suerte.

Mientras la chica busca el teléfono, miro la puerta de entrada, visualizando a Aleshka, subir a un coche desconocido para mí. Bueno, no tan de suerte, no sabía que tenía una vena celosa. Es una misión, pero me molesta tanto.

No te muevas Aleksandr ¡No te muevas!