7. La perfección entrenada

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Aleshka

Rusia – 9 años

Estoy jugando con mi castillo de juguete en mi habitación, cuando oigo a mis papis discutir. Levanto mi muñeca favorita y me escondo tras la puerta a escuchar, abrazándola muy fuerte.

—¡¿Te has vuelto loco?! —grita mi mami —¡Ni se te ocurra!

—Es sólo un proyecto Tanya, no le pasará nada. Y lo necesitamos, mi trabajo como militar ya no es fiable. Van a matarme si no hago algo pronto —Papi se ve nervioso y camina en círculos.

Mi mami comienza a llorar.

—No puedes pedirme esto, por favor. Es tu hija.

—Lo sé, pero no tengo de otra.

Abro la puerta y corro hasta mi mamá, la miro con tristeza.

—No llores mami.

Ella me abraza, yo no entiendo nada, pero empiezo a llorar también. Días después, un hombre que dice papi que es del gobierno, me lleva con él y no los veo nunca más.

Argentina - actualidad

Subo al vehículo negro de un hombre que puede tener información sobre Adrik. Sonrío falsamente, ya que no recuerdo lo que es sonreír de verdad y me aseguro de utilizar mis armas de mujer para garantizar esta misión.

Todo tiene que ser perfecto, nada puede fallar, fui entrenada para ello.

Cenamos en un restaurante, comemos comida de alta calidad y hasta descubro el nombre de un intermediario español.

Emilio.

Una vez que me despido del hombre, que tenía intenciones sexuales conmigo, pero como no son necesarias, ya que conseguí la información antes de llegar a ese punto, me retiro dejando al tipo descontento.

—Aleshka Smirnov —escucho mi nombre completo desde el callejón y me adentro preparando mi arma.

—He de suponer que eres uno de los hombres de Adrik —digo sin expresión en mi rostro.

—Supones bien —Dispara y me oculto antes de su acción.

Espero mi turno y doy mi primer tiro de la noche, para que se le acaben a él. Me oculto en la siguiente columna y utilizo mi segundo.

—Maldición —No lo calcule.

Un hombre más detrás de mí, me giro y al que le gaste sus balas intenta atacarme, pero lo golpeo de una patada, retrocedo contra la columna cuando el que las tiene dispara.

Todo calculado.

El enemigo se sorprende al darle a su compañero y yo escapo por el otro lado del callejón en la distracción. Camino con tranquilidad, llevándome la tarjeta que le robe, moviéndola entre mis dedos.

—Perfecto.    

Lealtad Tatuada (R#4) [Lealtades #1]Where stories live. Discover now