—hola Alex, Allan —saludó con un abrazo a sus amigos—. Me caíste del cielo. Dime que no trajeron comida china.

—No es comida china —respondió Allan riendo.

—¿Comida italiana está bien?

—Está perfecta. Muchas gracias por comprar el almuerzo para todos.

—Por lo visto te salvamos de comer comida china. Además trajimos postre —comentó Alex y a Liv se le iluminaron los ojos.

—Son mis ángeles. Los dos y no exagero.

—Han avanzado rápido eh. La cocina está lista ¿no? —comentó Allan—. Es muy linda y grande la casa.

—Es lo único que está listo. Bueno, casi listo. Falta la decoración pero eso es lo menos importante ahora. Lo que sí está completamente listo es el comedor.

—¿El resto no? —preguntó Alex curiosa, le había escrito en la mañana y Liv le había contado que estaba terminando la habitación de Noah.

—Sí, la habitación de Noah. ¡Ah! y las camas de todos están armadas.

—Creo que eso es lo primero en una mudanza. El resto puede esperar. Aquí tienes 4 manos para seguir ayudando —dijo Allan sonriendo, era el mejor novio que la rubia ha tenido y Liv rogaba para que no se separaran nunca.

—Serán 6 más dentro de un par de horas —informó Alex refiriéndose a Fin, Carisi y Amanda.

Olivia entró al comedor con una botella de jugo y una de gaseosa. Alex y Allan arreglaban el almuerzo en l cocina para poder sacarlo y sentarse a comer por fin.

—Creo que no hace falta que llamemos a ningún restaurante para que nos traiga el almuerzo —Elliot al verla con las dos botellas corrió a ayudarla—. Sólo son dos botellas Elliot —dijo al verlo acercarse con la intención de quitárselas así que lo esquivó.

—¿Entonces qué comeremos? Ahora yo muero de hambre, Liv —se quejó Eli.

—Mami quiero hambre.

—Yo también cariño. Acaban de caer dos ángeles del cielo que nos trajeron el almuerzo —informó y sus amigos entraron con dos fundas de comida cada uno.

Los hijos de Elliot los saludaron y agradecieron por el almuerzo volviendo a comentar que iban a morir de hambre porque no se ponían de acuerdo. Noah saludó feliz a sus tíos y no se quiso separar de Alex en todo el almuerzo por lo que se tuvo que sentar a su lado. Terminaron de almorzar y se dedicaron a seguir organizando todo. Las hijas de Elliot se fueron a sus habitaciones para organizar su closet y todas sus cosas.

Algunos de los muebles seguían en la entrada de la casa. Los primeros en subir con ayuda de Allan fueron los de la habitación principal. Alex se encargaría de esa con Liv así también vigilaba que no cargara nada pesado.

—Tiempo fuera —pidió Liv un par de horas después acostándose en la cama con las piernas colgando—. ¿Ves que quería ayudar? —preguntó y Alex asintió—. Pues ya no quiero. No quería cambiarme de casa con una barriga tan grande y solo tengo 4 meses —se volvió a quejar poniendo una almohada sobre su cabeza.

—Me imagino que es cansado para ti.

—No te imaginas cuánto. Debimos cambiarnos antes de estar enorme.

Alex rió.

—No estás enorme... todavía.

—Ja, ja, muy graciosa. Ya te quiero ver embarazada de gemelos —dijo Liv lanzándole una de las almohadas de la cama—. ¡Dios! Soy muy vieja para esto.

Reencuentros amorososWhere stories live. Discover now