1 ~Primer beso.

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1 ~Primer beso.

Reese

-¡No vas a lograr nada si sigues así! -me reprochó Diane.

-¡Que si puedo! -grité, dejando escapar un suspiro exasperado mientras hacía esfuerzo por continuar.

-¡Mierda, entonces dalo todo amiga! -gritó. -Realmente no entiendo de dónde saca tanta energía... -aquello lo murmuró para ella misma, mas logré escucharla.

Vamos, sí podía hacerlo...

Intenté seguir subiendo la cuerda, pero en medio del camino, caí. Sentí mi espalda rebotar contra la colchoneta, a lo que le siguió un grito ahogado por parte de Diane. 

Cuando estuve en el piso adolorida miré a la chica que había estado advirtiéndome segundos antes. Sus ojos oscuros me analizaban preocupados y cuando se agachó junto a mi, su pelo claro con puntas azules llegó hasta el piso.

-Quizás debí haberte hecho caso... -murmuré con inocencia, sobando mi muslo derecho.

-¿Estás bien?

-Claro, no fue nada. -sonreí para evitar preocuparla, sin embargo, un leve dolor comenzaba a palpitar en mi espalda.

Diane suspiró aliviada, pero luego achinó sus ojos, enviándome una mirada reprobatoria.

-Dios, me preocupé... Arriba. -acepté la mano que me tendió para levantarme y luego de ordenar las colchonetas, caminamos juntas para salir del gimnasio.

-No quiero tener una mala nota... -admití. -Piensas que soy un fracaso, ¿cierto?

-Mañana es la prueba, ¿Qué harás?

Genial. Ni siquiera mi mejor amiga podía negar que era un desastre...

Ignoré aquel detalle y me dediqué a pensar en una respuesta.

Hacía unas semanas habíamos empezado con la nueva unidad en gimnasia y para ella debíamos "subir la cuerda" y a pesar de que lo había intentado varias veces, resultó no ser tan fácil como se veía en televisión... Aquél día mi amiga se había ofrecido a quedarse después de clases para ayudarme a llegar hasta el final, pues no podía ni siquiera rebasar la mitad, pero luego de casi una hora no había logrado subir ni un centímetro más.

-Quizá deba extorsionar a la profesora. -suspiré, diciendo lo primero que se me vino a la mente.

Tras mi comentario la chica me miró divertida. 

Diane era una especie de chica punk demasiado alegre. Disfrutaba burlándose de nuestros compañeros y de vez en cuando de mi, aunque su constante apoyo equilibraba aquello.

-Vamos, Reese... ¿Qué harías tú para extorsionar a un profesor? -bufó. -No eres nada intimidante, ¡Incluso tu ropa interior es tierna!

-¡¿Qué?! -me giré hacia ella, avergonzada. -¿Viste mi ropa interior...?

No podía ser...

-Con la falda se veía todo mientras subías. -confesó, cubriendo su rostro para evitar reír. -Vamos, son cosas de mejores amigas, Ree.

Mi conjunto ese día consistía en un lindo diseño de Piglet. Sentí el calor inundar mis orejas.

-Eres una pervertida... -la ataqué, sintiendo como el calor se transmitía hasta mis mejillas.

Miré hacia el lado mientras ella soltaba una carcajada y me encontré con mi reflejo en una ventana. Tenía piel sana y gracias al incidente de recién, las mejillas coloradas, mis ojos eran algo rasgados y de color marrón, al igual que mi pelo, el cual llegaba casi a la cintura. Mamá decía que era linda, sin embargo, mi cuerpo era pequeño y delgado... por lo que, como decía Diane, más que intimidar, les parecía tierna a las personas...

El ladrón de mi primer besoWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu