Noche, en un bar cualquiera...

Start from the beginning
                                    

Por suerte, no está. Debe de seguir aún en el hospital. He tenido suerte en ello.

-Gracias, de verdad- me quedo apoyada en la pared de la entrada, cuando Emily me lleva literalmente hasta la puerta- Por todo.

-No pasa nada. La verdad es que ha sido interesante y tienes historias para pasar ratos largos- bajo la cabeza, no quiero ni mirarla después de haberle dicho aquello- Pero ha sido divertido- me dice sin embargo.

-¿Seguro?

Esfuerza una sonrisa, pero es dulce y de nuevo, vuelvo a sentir que con solo una mirada, me está volviendo a poner nerviosa. ¿qué es lo que me está pasando con aquella chica que me está trayendo de los nervios?

-Ha sido un placer conocerte, Alison.- extiende su mano- ¿has ta la próxima?

Miro de nuevo a su mano, luego a ella de nuevo y de repente, es como un acto, un impulso que ni siquiera consigo controlar. Es una mezcla de lo que he estado sintiendo durante toda la noche, o lo que no he intentado sentir, dependiendo de cómo lo quisiera decir; y la borrachera que llevo conmigo.

No tomo su mano, pero su cuello y llevando sus labios a los míos, la beso como si fuera aquel mi primer beso; y realmente, se siente como el primero. No es como ninguno que hubiese recibido antes. Siento como todo mi cuerpo se enciende y el sabor que me llevo de sus labios, es como el que me llevaría si comiera las manzanas del Edén. No me gusta, me encanta el momento. Mi mano derecha la agarra de su cuello y con la otra, agarro su chaqueta para que no se escape de mí.

Pienso que me empujará, que me hará hacer que me retire, pero no.

Para mi sorpresa, me agarra de la cintura y aprieta su cuerpo contra el mío, intensificando si es posible más el beso. Siento su respiración sobre mí y pronto, su lengua abriéndose paso. Era la primera vez que besaba a una mujer y me estaba encantando demasiado. ¿Había descubierto de repente que también me gustaban las mujeres? Esta confusa, pero disfrutando del momento.

Las manos de Emily empiezan a bajar y las noto en mis caderas, abriéndose paso bajo mi camisa y pronto siento su tacto. Suave, delicado y caliente bajo el frío de mi cuerpo. Sabe como tocar, como acariciar cada centímetro de mí cuerpo, haciendo que quiera pedir más y más. Aunque mi cuerpo reacciona solo. Sus manos vuelven a bajar ahora hacia mi trasero y empuja mis piernas hacia arriba. Pronto estoy sobre ella y caminando sin ver hacia el salón donde caemos sin romper el beso sobre el sofá.

Debería de parar. Pienso en Elliot, pero parece que ni me importa ahora. Pienso en que estoy borracha y seguramente esto será efecto de la bebida, pero quiero más. Asique empiezo a bajar por su cuello, sin dejar ningún centímetro de su piel. La escucho incluso gemir, aunque a penas es audible y me noto que incluso sonrío. Emily me agarra y cuando pienso que nada puede arruinar el momento, se separa de mí con miedo. He hecho algo malo que ha arruinado el momento, como siempre.

-Lo siento, perdona...- empieza a mirarme con nervios.

-No... yo...- ni siquiera sé que decirle.

Estamos las dos agitadas, el corazón me late a mil por horas y puedo jurar que si no fuera por el subidón del momento, podría incluso vomitar.

-No, perdona, pero tengo que irme. Estás bebida y no debería de haberme aprovechado del momento. Los siento, tomaré el primer taxi que vea.

Quiero decirle que no ha hecho nada malo, que en realidad, yo también lo quería, aunque estuviera borracha. Sin embargo, lo único que puedo hacer es quedarme allí parada, sentada sobre el sofá, observando cómo se marchaba. Ni siquiera reacciono lo suficiente para asegurarme de que no le pase nada, siendo tan tarde.

Me quedo allí, mirando a la nada.

¿Qué coño ha pasado?

Cuando me levanto a la mañana siguiente, Elliot ya está levantado y para mi sorpresa, está preparando el desayuno. Cuando bajo, ni siquiera puedo mirarlo a los ojos. Estaba borracha, estaba loca, estaba de muchas maneras; pero recordaba todo lo que había pasado y ahora, cada vez que miraba a Elliot, lo único que veía era el rostro de Emily. ¿Cómo le iba a decir que me había liado con una chica?

Aunque conociendo a los tíos, seguramente, hasta ni le importara.

-Buenos días- me recibe con una gran sonrisa, dejando los últimos preparados sobre la mesa- ¿Qué tal, cariño?

-Bien- intento sonreírle, recibiendo su beso- ¿A que hora llegaste?

-Hace una hora...- me sorprende escucharle- Pensé que podría ser una buena forma de poder pasar un rato junto desde que no podemos pasar tiempo últimamente.

-Vaya, gracias- y la cosa se ponía más dura para poder confesar- Es... increíble por tu parte poder hacer este tipo de cosas.

-No es nada...

Miro la comida y la tomo a regañadientes. El alcohol de anoche todavía está en mi sistema y siento que voy a vomitar. Sin embargo, tengo que hacer lo imposible para poder mantenerlo en mi estómago. Después de todo, no todos los días tenemos aquellos momentos para disfrutar.

Sobre todo, después de lo que pasó. Lo que me recordaba a algo.

-Es mi manera de pedirte perdón por la manera en la que te hablé.- Elliot me quita la palabra de la boca antes de que pueda abrir la mía- No debía de hablarte de aquella manera y lo siento.

-Vaya... Me sorprende oírlo.

-Todo el mundo aprende de sus errores, ¿verdad?- le sonrío, bien me podría pasar a mí después de lo de anoche- Además, quizás pueda pasarme esta noche a lo del desfile de tu amiga Hanna. Asi voy para lo bueno, la fiesta.

-Oh, vaya, tu si que sabes.

-Ya ves- se levanta y besa mi mejilla- Nos vemos esta noche. Te quiero.

-Yo también te quiero...

Sabía que no iba a poder decírselo, no podía decírselo y seguramente, no podré decírselo. Lo de anoche fue una locura, una locura con la que aún me estoy comiendo la cabeza y por la que me estoy adiando a más no poder en aquel momento.

Pero por el lado bueno, solo fue una noche. Quizás, ni vuelva a ver más a Emily, la camarera de anoche. Era lo bueno de los líos de una noche, que con cosas así, lo único bueno que se podía sacar era que nunca más volveríais a volver a veros. El lunes volvería a mi vida de profesora y nada más. Era lo mejor para mí y lo de anoche solo sería un recuerdo más y algo curioso que contar a los amigos cuando se volviese a estar de nuevo o muy borracho, o jugando a algún juego.

Respiro profundamente. Será la resaca, será lo que sea que fuese, que siento la garganta seca y el estómago tan revuelto que tengo que salir corriendo hacia el cuarto de baño nada más tengo la ocasión.

¿Cómo una noche se había vuelto tan... dura para mí?

o

Por un puñado de besos //EMISON// (Completada)Where stories live. Discover now