Capítulo 36.

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Capítulo 36.  



Algo no iba bien. Un área de reunión construida de piedras blancas y pequeños sofás de mimbre se extendían ante mis ojos. Inmediatamente recordé que ese sitio era justamente donde estábamos ayer en la tarde. El porche de la casa. Miré a mi alrededor notando el viento helado y esa sensación tan extraña invadiéndome poco a poco hasta llegar a mi nuca.

Estaba en el enorme balcón de la habitación dónde me alojaba con Logan, pero a el no lo veía por ningúna parte. Más allá de la amplia terraza donde me hallaba, se extendía un amplio patio lleno de coloridas flores rodeando las murallas de ladrillo rojizo de la masia, desbordaban con todo, desde pequeñas hortensias, rosas, violetas y hasta claveles blancos, la gama de colores era magnífica.

Desviando mi mirada un poco más lejos del hermoso jardín, mi corazón se detuvo helando mi sangre del miedo. Por un momento pensé que no podía ser, que llevaba días sin verlos...sin ver esas... almas...pero, si. Allí parada, en las puertas de la masía había una hermosa joven. El alma de una hermosa joven o eso creía. Tenía un aura extraña que la recubría, largo cabello rojizo caía más abajo de sus hombros. Ella usaba un vestido azul oscuro que rozaba la parte superior de sus pies descalzos. Cuando me fijé un poco más en ese detalle me di cuenta que apenas tocaba el suelo, estaba a un palmo de este.

Tragué saliva.

No le veía la cara, estaba de espaldas a mí, pero apenas le afectaba la suave brisa del invierno. No se le movía ni un pelo, no como a mí que tuve que rodearme con los brazos por el frío. Sus finos brazos colgaban inertes a los costados. Su pálida piel era compensada por el brillo rojizo de su pelo.

Era casi translucida.

Podía ver a través de su cuerpo el bosque verde que nos rodeaba. Me incorporé sobre la barandilla observándola fijamente. Esa chica... podría decir que me recordaba a alguien, y más aun cuando giró clavando sus brillantes ojos grises en los míos.

Era yo.

Inexpresiva y sin pestañear se quedó allí parada completamente inmóvil mientras un sudor frio se deslizaba por mi frente. Un grito aterrador empezó a formarse en la boca de mi estomago a punto de estallar. Esa chica joven era exactamente como yo, incluso, me atrevería a decir que era yo misma, pero, ella estaba muerta y yo...no.

¿Qué estaba pasando aquí?

Me inquieté cuando el aire meció su vestido y ella bajó la mirada. Su pelo alborotó de repente su pálido rostro y un brote de sangre comenzó a emanar de su corazón impregnando el vestido de un color azul muy intenso. Negro.

Cerré los ojos espantada, sintiendo una punzada de dolor justo en el mismo sitio donde le vi la sangre. Ella alzó la mirada clavándola en mis ojos, una mirada tan llena de algo que no sabía identificar. Di un paso atrás espantada.


Me levanté de golpe jadeando.

-¿Aria? –Giré mi cabeza deliberadamente hacia Logan exaltada. El se incorporó observándome, sus ojos preocupados estrechados en mi dirección. -¿Qué ha pasado?

-He...he tenido un sueño.. –Toqué mi frente, el sudor frio y esa sensación horrorosa en mi pecho seguía allí haciendo palpitar fuerte mi corazón.

-¿Una premonición?

-No lo sé...-Lo miré dubitativa. -Espero que no lo sea. –Conseguí decir, mi tono inexpresivo bajo los jadeos angustiados saliendo de mi pecho. Me tumbé en la cama tiritando y asegurándome de que estaba aquí, en el mundo normal, pero aun con los ojos abiertos veía a aquella joven. Me seguía viendo a mi misma cubierta de sangre.

Caricias OscurasWhere stories live. Discover now