Caricias Oscuras

Capítulo 27.

Capítulo 27.

Cuando desperté en la mañana tuve una mala sensación....

Creo que soñé algo malo.

No lo recordaba muy bien, pero esa angustia cuando abrí los ojos tardo buen rato en irse, incluso, aun notaba como ese mal presentimiento abordaba mi cuerpo cada vez que lo pensaba.

Me desperté jadeando, como si hubiera corrido una maratón, el corazón se me salía del pecho y estaba muy asustada. No sabía por qué. La verdad es que últimamente no recordaba lo que soñaba, y eso me inquietaba, mucho. No sabía si se trataban de premoniciones o simples sueños, pero la verdad es que ahora mismo no estaba para averiguarlo...

Tenía una cita o algo parecido.

Logan no tardaría mucho mas en aparecer, en apenas una hora habíamos quedado con Andrea y José y debíamos ir a la ciudad. No sabía como estaría el tráfico, como se comportaría Logan con ellos.... Oh joder. Ese simple hecho hacia que todo mi cuerpo se pusiera aún mas de los nervios. Creo que debería contarle algo de ese sueño a Logan después de todo.

Mientras esperaba, Beth no paraba de hablar de lo que sucedió ayer en la noche. Yo no prestaba mucha atención. No me agradaba saber que había pasado con esas almas, y no rotundamente cuando sentía nauseas de solo pensar en que habían muerto. Mi mente se centraba en ese sueño y estas horas que venían por delante.

Uff... Estas horas iban a ser muy duras.

Un conocidísimo cosquilleo en mi nuca se deslizó por toda mi espalda. Me dio un escalofrío sacudiéndome. Cuando alcé la vista Logan estaba en el marco de la puerta.

Cogí aire.

Estaba tan devastadoramente guapo como siempre y en sus ojos relucía ese brillo sobrenatural tan característico en el. Tragué saliva cuando ladeó la cabeza sin apenas quitarme ojo. Recordé que anoche discutimos. Fueron tonterías y sinceramente, a veces me daban ganas de matarlo, pero aun así no se separó de mi hasta que caí rendida del cansancio en un sueño muy profundo. Creo que me llevó a la cama después de eso y... ese jodido momento no lo recordaba.

-¿Nos vamos? –Preguntó. Me levanté temblorosa y cogí mi abrigo con tensión en mis manos.

-¿Llegareis tarde?

-No lo creo. –Contesté mirando de reojo a Beth mientras pensaba detenidamente si esto era buena idea.

La verdad es que ya estaba deseando volver.

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Hoy era un buen día.

La mañana ha sido soleada y ahora en el atardecer hacia frio, pero por la humedad de la noche anterior. Charcos de agua por las carreteras recordaban esa increíble tormenta que apareció de la nada. La próxima vez haría caso a Morgan y no estaría sola en casa, pensé.

Retorcí el bajo de mi manga mientras miraba las calles. Se notaba que era fin de semana. Había bastante gente ahora que nos acercábamos a la ciudad, y por un momento me sentí mareada de tanto espacio abierto ante mis ojos. Pensé en que nunca había estado tanto tiempo encerrada en casa, y la culpa la tenia esas malditas sombras oscuras.