Caricias Oscuras

Capítulo 18.

Capítulo 18**************

Miraba hacia abajo, mis pies se balanceaban sin parar. Escuchaba susurros en el pasillo, alguno más fuerte que otro y eso hacía que me pusiera aun más de los nervios. Beth le estaba contando lo que había pasado a Logan y de repente su voz brotó por toda la casa.

-¡Joder! ¡No tenias que haberla dejado sola!

-¡Yo no sabía que ese gilipollas estaba allí abajo! fui tras ella en cuanto me di cuenta de que algo raro pasaba...

La voz de Beth se hizo pequeña al terminar la frase y un nudo paso por mi garganta.

Unos minutos de silencio me decían que había mucha tensión en el ambiente. Se habían callado, cosa que me inquietaba aun más y sabía que Logan estaba al borde del apocalipsis, no me hizo falta verlo para comprobarlo y la verdad es que no entendía porque exactamente estaba molesto. No había pasado nada, pero, no podía dejar a Beth sola. La culpa realmente había sido mía.

Sin pensar me levanté del sofá y camine hacia el pasillo. La mirada de Logan me travesó con punzadas por todo el cuerpo cuando sintió mi presencia. Me retorcí. Nunca lo había visto tan cabreado. Sus ojos eran oscuros, nada que ver con ese azul cielo brilloso que me hacía suspirar. En su mandíbula había instalado un tic avisándome de que midiera mis palabras.

Respiré hondo....

Beth me miró de soslayo, vi responsabilidad en sus ojos y eso me enfureció. Se estaba llevando toda la carga ella. Me lo pensé dos veces pero finalmente cogí aire y me atreví a hablar.

-Solo quería decir que la culpa es mía, no sabía que estaba pasando hasta que estuve en la playa. Beth me ayudó.

-La culpa no es tuya Aria.-Dijo desviando la mirada hacia Beth. Ella agacho la cabeza y eso hizo correr la sangre por mis venas.

-Ya basta, ella no ha tenido la culpa, déjala.

-¿Qué la deje? Era su responsabilidad.

Fruncí el ceño. –¿Sabes? Yo ya soy mayorcita para cuidarme sola. Además te recuerdo que no ha pasado nada malo.

Nos quedamos mirándonos. Desafiandonos. Algo se reflejo en su rostro y se fue igual de rápido como había llegado. ¿Seria rabia? ¿Ganas de matarme? ¿Sorprendido por contestarle? pero no me asusté tan fácilmente como seguro que se pensaba.

Incliné mi cabeza hacia un lado viendo que no tenia respuesta y cuando volví a ver su mandíbula apretarse se me escapó el aire. Resoplé. Conforme lo hice apareció delante de mí y di un respingo hacia atrás.

-Escúchame bien. Necesito que ella esté pendiente de ti todo el tiempo.

-¿Por qué? –Dije apenas sin voz. Su cuerpo sucumbía todo mi espacio.

-Porque si. No hay más que hablar.

-Creo que hay algo que no me estás contando....

Intenté estar calmada. Su mirada dura se deslizó por mi rostro pasando por mis labios hasta dar con mis ojos. Contuve la respiración. Estaba muy cerca de mí, tanto que su aliento se mezclaba con el mío. Desafiante, fiero, intimidante... muy intimidante. Tragué saliva aun con el corazón acelerado y eso me recordó que ellos... ellos no eran humanos y tarde o temprano tendría que asimilarlo. Muertos... me estaba metiendo en un mundo que no tenía nada que ver con los vivos, pero bajo a todo eso no sabía por qué insistía tanto en que Beth me tuviera vigilada. Tragué saliva cuando sentí su aliento soplar en mi frente.