Cathy Morgan, 21 años, hija del famoso actor Jeffrey Dean Morgan.
Por más de que su padre sea una persona muy reconocida, ella optó por evitar la fama, y hacer una vida como una joven normal.
Conocerá a Andrew Lincoln, compañero de trabajo y amigo...
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Narra Catherine.
Luego de salir del departamento de Andrew me dirigí a mi trabajo.
Todo el día pasó bastante normal, revelé algunas fotos que había sacado la semana pasada y se las entregue a mi jefe. No fui yo la que le tomó las fotos a Maluma el día de hoy, pero de todas formas me lo he cruzado un par de veces por los pasillos del estudio.
Miro mi reloj; son las séis y veinticinco de la tarde, quedan solo cinco minutos para poder irme a mi casa. Guardo todo en mi bolso y ordeno un poco el escritorio de mi oficina.
— Adelante — digo cuando siento que tocan la puerta, y quedo totalmente helada cuando veo que por ella, entra Maluma. — ¿Ya terminaste tu sesión? — pregunto. Él asiente, entra a la oficina y cierra la puerta.
— Ya me estaba yendo al hotel, pero quería pasar a saludarte — se acerca demasiado a mi cuerpo y me toma de la cintura.
— Nos puede ver mi jefe y no creo que le gu.. — intento decir pero Maluma me calla de la mejor manera; besándome.
Coloca delicadamente su mano en mi cuello y la otra en mi cintura, aferrándome más a él. Con mi mano derecha me cuelgo de su cuello y con la izquierda toco su pecho. Me besa con desesperación y yo hago lo mismo.
Sus besos no son como los de Andrew pero, de todas formas me llevan hasta el cielo.
— No puedo hacer esto aquí — le digo cuando me sube al escritorio y comienza a besar mi cuello. — Es mi trabajo — se separa de mi y sonríe.
¿Por qué siempre está con esa sonrisa que le queda malditamente bien?
— Entonces vas a aceptar una cita conmigo, en mi hotel — alzo una ceja mirándolo. — No — niega y ríe. — No te estoy invitando para eso. Quiero conocerte un poco más, la semana que viene ya vuelvo a mi país — me acorrala contra el escritorio, colocando ambos brazos alrededor de mi cuerpo. — Hoy a la noche ¿Aceptas si o no? —
— Está bien — ambos sonreímos ante mi respuesta.
No sé si está bien lo que estoy haciendo con Maluma. Es de otro país, jamás tendríamos "futuro", pero por lo menos puedo distraerme un rato y pasarla bien. ¿Tengo derecho, no?
Me da la dirección de su hotel y luego de despedirnos, ambos salimos del estudio. Subo a mi auto y condujo hasta casa.
Es increíble la cantidad de mensajes que obtuve y las fotos que vi en internet hoy, acerca del beso que nos dimos Maluma y yo ayer. El internet "explotó", leí comentarios que decían algo como "Andrew la engañó, déjenla en paz" ; "Maluma y ella hacen buena pareja. Sufre Andrew" ; "Cómo puedes cambiar a Andrew por ese chico?" ; "Pedazo de zorra" ; "Puta" y esos son solo algunos, pero la verdad no me importan porque solo yo sé que es lo que está pasando en mi vida y en mi corazón.
