Lo tomo en brazos y no le importó nada, comenzó a correr lo más rápido que pudo hacia el hospital.

Entonces entro en razón, cuando sintió el calor del chico con los ojos mieles más hermosos del mundo.

-Ya estoy aquí, amor. Ya estoy aquí.- murmuró besando su coronilla y tomo con más firmeza sus muslos para comenzar a correr aún más rápido.-Ya casi llegamos bebé, ya casi.

Stiles se aferró más a el, con la poca fuerza que le quedaba.

-Isaac.- gimoteo, y sollozo de dolor ante los saltos que el ojiazul debía dar para llegar al hospital.

Las venas del nombrado de tornaron negras casi al instante, tratando de absorber la mayor cantidad de dolor posible.

Sintió como el latido del castaño se relajaba cada vez más, hasta que se desmayó.

Sus ojos se llenaron de lágrimas que pasaron desapercibidas por sus mejillas ante la torrencial lluvia, que estaba borrando la sangre de su cuerpo.

No podía perder a Stiles. No podía.

Aumento la velocidad, y corrió lo más rápido que pudo hasta llegar al hospital.

La enfermera Mellissa Mccall estaba revisando su papeleo, mientras que pagaba algunas cuentas por la computadora justo en el momento en el que las puertas de emergencia chocaron brutalmente contra la pared, dando a ver a Isaac, quién estaba empapado y lleno de barro con sangre en sus manos, con un Stiles sangriento en sus brazos.

Salto como un resorte de su silla, con una mirada horrorizada.

-¡Una camilla!- grito a todo pulmón, llamando la antecion de mas médicos. -¡¿Que sucedió!?- pregunto con las manos temblando al ver a su segundo hijo en ese estado.

-Lo...lo apuñalaron.- murmuró Isaac perdido. Estaba totalmente ido, no podía pensar en otra cosa que no sea Stiles.- Mellissa...- balbuceo con los ojos llenos de lágrimas.

Enfermeras y médicos llegaron al instante, obligándolo a dejar el cuerpo del castaño en la camilla.

El corazón de todos los presentes se encogio al ver el cuidado y cariño en la manera de dejarlo, y como aquel ojiazul tenía lágrimas en los ojos.

-¡Traigan al doctor Dunbar! ¡A la sala de operaciones!- grito una de las mujeres y se llevaron el cuerpo de Stiles, mientras intentaban parar la hemorragia y aplicaban suero.

-No...No. Esperen.- murmuró Isaac tratando de alcanzarlos pero fue detenido por Mellissa- No, no lo entiendes. ¡Tengo que estar con el! ¡Stiles! ¡Dejame Mellissa!

-Isaac.- llamó la enfermera- ¡Isaac!- exclamó tomándole las mejillas, haciendo que la mire. Le rompió el corazón ver como esos ojos azules estaban repletos de lágrimas.- Va a estar bien, pero tienes que mantenerte tranquilo. Deja esto en nuestras manos, ¿si? Haremos todo lo posible.

Beso su frente y desaparecio entre los pasillos.

Giró sobre su eje, tomando su cabello con fuerza y cerrando sus ojos con rabia, ahogando un grito de frustración y dolor.

-No no no.- comenzó a decir mientras comenzaba a dar vueltas por esa pequeña resepcion. Podía sentir como el corazón golpeaba violentamente su pecho y como le costaba contener el aliento.

Sus labios comenzaron a temblarle de desesperación y pequeños sollozos salieron de su garganta.

Podía sentir como poco a poco perdía el control sobre sí mismo.

Las uñas le dejaron paso a las garras, sintiendo como los colmillos rozaban sus labios. Un gruñido salió de su garganta a la vez que escuchaba la puerta abrirse.

《Sentimientos》StisaacDonde viven las historias. Descúbrelo ahora