33: El tío Drake

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Carly

—Es un libro hermoso —dije con una lagrima saliendo de mi ojo.

—No me gustan tanto este tipo de libros, pero en verdad es bueno —dijo Jay.

—La abuela es una muy buena escritora, aunque no entiendo muy bien porque eligió este tipo de trama.

—Ya oíste a mamá, lo hiso por su amor a la fantasía.

—No me refiero a eso, sino a como pudo adaptar varios aspectos de su vida a esto, es algo difícil si lo analizas —comenté cerrando el libro.

—No tengo la más mínima idea, solo quiero dormir y mañana ver mejor este lugar. El terreno es grande, además en california nunca pudimos ir a ningún bosque.

Me levanté de la cama, observando el reloj en la pared, marcaba la media noche lo que significaba que habíamos leído los últimos capítulos en casi dos horas. Nos habíamos pasado de nuestra hora acostumbrada de dormir, y siempre necesitaba un vaso de agua antes de dormir, así no me levantaba en la madrugada con sed y adormilada arriesgando a sufrir un tropiezo con cualquier cosa.

—Ya vuelvo —dije—, iré por un vaso de agua.

—De acuerdo —contestó Jay.

Salí de la habitación y al estar en el primer piso solo debía caminar dos metros y ya estaba en la cocina, pero la oscuridad de la casa, sumado a la lluvia que azotaba afuera —la cual ni siquiera escuchamos—, le daba un aspecto demasiado aterrador a toda la sala, recordándome la mención de la película viernes 13 en el libro de la abuela.

Con el vaso lleno de agua, y la piel erizada me dirigía de nuevo a la habitación. Un sonido de fuera llamó mi atención, entre un helado escalofrío dejé salir un grito al ver la puerta abrirse y ver entrar a una negra figura por la puerta corrediza.

— ¿Carly? —Era la abuela, traía una gabardina encima que traía puesta una gabardina al encender la luz—. Creí que ya se habían dormido.

—Abuela —dije sintiéndome una tonta—, Me diste un susto de muerte.

—Perdóname, estaba cerrando la puerta del granero. Olvidé cerrarla en la mañana, y no quería que nada de lo que guardo allí se mojara.

—Solo espero que nadie despierte, sería vergonzoso.

—Descuida —dejó la gabardina en la barra de la cocina—, todos los cuartos son a prueba de ruido. La lluvia aquí es muy fuerte y no dejaba dormir a tú tío Drake cuando era bebe, tampoco a tu madre.

Esta era la primera vez que lo mencionaba desde que llegamos, la oportunidad perfecta para preguntarle sobre él, y el libro.

—Abuela...

—Sí. ¿Qué necesitas? —Preguntó.

— ¿Cómo es el tío Drake? Y... ¿Por qué decidiste hacer el libro de la forma en que lo hiciste?

Esbozó una sonrisa en su rostro.

—Bueno, tu madre debió contarles el porqué, pero la razón por la cual decidí escribirlo fue por una terapia. Los dos años en los que Drake estuvo perdido en el libro, en realidad fueron por algo que pasó en ese tiempo. Pero eso que te lo diga él, mañana estará aquí.

— ¡Entonces podremos conocerlo!

—Se emocionó mucho cuando supo que vendrían, y me habló hace un par de horas, vendrá mañana al mediodía —besó mi frente—. Descansa, mañana será un día emocionante.

Drake: El secreto de Carrie Washington (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora