13: Recuerdo #3

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 Carrie

Abro los ojos con lentitud, estaba conectada a los aparatos que monitoreaban mis signos vitales y a una intravenosa, las blancas paredes de la habitación iluminaban todo sin que hubiese necesidad de encender más de una luz; la región pélvica me seguía doliendo, había hecho mucho esfuerzo a la hora de las contracciones que venían cada tres minutos, mi cuerpo había pasado por el mayor trauma que una mujer podía soportar: el embarazo, y a las doce treinta y ocho am había nacido la pequeña Chloe, fue una bebe muy saludable a pesar de haber nacido a los ocho meses de mi embarazo, y sorpresivamente logré tener a mi primera hijo, once meses después de haber perdido el primero.

Miré a todos lados tratando de buscar a Dylan con la mirada y al no encontrarlo en la habitación, él solo podría encontrarse en un lugar: el ala de maternidad, observando a través del vidrio a nuestra bebe. Por alguna extraña razón mi afecto por Chloe no era tan grande como el de Dylan, no sabía la razón de esto ¿era por qué soy una mala madre? O ¿aún no he logrado superar el haber perdido a mi primer bebe? Tomé terapia psicológica, hice yoga, reanudé mis caminatas por el bosque, me sentía bien, sin depresión y ya no soñaba con el momento en el que mi bebe comenzó a salir de mi cuerpo, pero lo que más me ayudo a recuperarme rápidamente fue mi hijo, Drake, si no hubiese sido por él ahora yo me encontraría muerta, enterrada bajo tierra por haberme cortado las venas, no podía esperar el momento en que me diesen de alta para poder volver con mi bebe.

Dylan, entró en la habitación cargando a la pequeña Chloe en sus brazos, estaba cubierta por una manta rosada y en la cabeza tenía un pequeño gorro blanco, su piel tenía un tono rosado y ella se parecía mucho a mí, me había visto tantas veces en el espejo que reconocía mis rasgos faciales a la perfección y ambas teníamos la misma nariz.

—Carrie, mira quien es —comentó.

—Ya la vi, se parece a mí. Solo quisiera que tuviese más parecido contigo —contesté agotada.

— ¿Quieres cargarla?

—No, todavía no estoy lista. Tengo miedo de que muera en mis brazos. Ni siquiera cargué a nuestro primer hijo y murió.

—Pensé que lo habías superado.

—Así es, pero lo que aún no puedo superar es el hecho de ser madre. Después de lo que pasó no se sí lograré hacerlo.

—Escucha... tú no eres cómo las demás mujeres, eres más fuerte que nadie en este mundo, más que yo y creo... que cargar a tú hija te servirá para recuperarte.

El me entregó a Chloe entre mis brazos, en ese instante tuve miedo de que ella muriese entré mis brazos, pero no podía sentir otra emoción más allá de esta, ¿acaso era una mala persona por no sentir afecto por mi hija? Sí, eso me convertía en la peor clase de persona del mundo, solo alguien con el alma muerta podía no sentir nada al ver que tiene un hijo, pero quería intentar hacer aflorar esa sensación, trataba de sonreír pero no podía, en mi corazón aún no había espacio para ella.

Una hora después me dieron de alta del hospital, en el camino a casa cargué a Chloe, la miré fijamente, pero seguía sin sentir nada, estaba vacía y Dylan se dio cuenta de ello pero solo guardó silencio. Al llegar a casa, fuimos recibidos en la entrada por Louis y Max, quienes se quedaron a cargo de cuidar a Drake en mi ausencia, ambos tenían una enorme sonrisa en sus rostros al ver que cargaba a mi hija, sobretodo porque ambos me ayudaron mucho los meses que siguieron a mi aborto in voluntario.

—Carrie —dijo Louis al acercarse para abrazarme, mientras Max le estrechaba la mano a Dylan—. Es preciosa, espero que pronto pueda ver a mi sobrina.

— ¿Ahora eres su tío? —pregunté.

—No tienes hermanos, alguien tiene que serlo.

— ¿Dónde está? No puedo esperar para verlo.

—Drake, estaba durmiendo en el sofá.

—Dylan, te espero adentro, creo que tú y este par deben de hablar un poco —dije después de darle un beso en los labios.

Entré lentamente a la casa con la vista fija en el sofá. Allí estaba Drake, durmiendo plácidamente; era más grande medía un metro y medio desde la punta de la nariz hasta la cola y su altura era de cincuenta y ocho centímetros, no había cambiado demasiado desde que nació y eso me gustaba, así no perdería a mi bebe. Me acerqué hasta él en sumo silencio, sentándome a su lado de una manera delicada, por suerte no se despertó al sentir el movimiento del sofá al sentarme. Posé mi mano sobre su espalda dándole unas suaves caricias, que provocaron que él se despertara lentamente.

—Hola Drake, mamá volvió —dije al ver que abría sus ojos.

El bostezó mostrando su lengua bífida y negra mientras hacía un leve ruido, esto provocó que sonriera por primera vez en tres días, estaba feliz. Después del bostezo Drake dejó salir toda su emoción, al tratar de ocupar un lugar entre mis brazos pero no podía ya que estaba cargando a Chloe.

—Lo siento Drake, no puedo cargarte ahora, estoy sosteniendo a tu hermanita. Mírala, se parece a mamá —dije al acercársela para que la viera.

Drake, retrocedió un poco cuando le acerqué a la pequeña Chloe. El parecía tenerle miedo, pero después de un par de segundos el decidió dar un paso hacia delante para verla, la observó un momento antes de querer avanzar más, estaba acercando su cabeza hasta ella, entonces Dylan entró a la casa y le gritó a Drake para que se alejara de Chloe. Drake bajó del sofá asustado para irse corriendo escaleras arriba.

— ¿Que te sucede Dylan? —le reclamé—. Asustaste a mi hijo.

— ¿Llamaste a Drake hijo? —preguntó.

—Sí, eso hice.

—Carrie, Drake no es tú hijo y lo que me sucede es que no quiero que él se le acerque a nuestra bebe, podría lastimarla.

—Insinúas que Drake puede lastimar a su hermana. Él nunca haría eso.

— ¿Té estas escuchando? Te referiste a Drake otra vez cómo tú hijo, peor aún dijiste que es hermano de Chloe.

—Sí, porque eso son hermanos y quiero que él la conozca.

—Carrie... Drake es solo un animal, no es tú hijo o el hermano de Chloe, es solo una mascota.

Sentí una gran furia por escucharlo decir que Drake era solo un animal, una mascota, Drake no era ninguna mascota él es mi hijo, mi bebe, el hermano de Chloe.

— ¡Dylan, no vuelvas a decir eso de Drake! —contesté en un tono pasivo agresivo—. Si eso piensas de mi hijo, entonces vas a dormir esta noche solo, porque no quiero tenerte cerca de mis hijos hasta que te disculpes conmigo y con Drake.

Me puse de pie llena de enojo, no quería verle la cara a Dylan hasta que se disculpara, así que fui al único lugar que me reconfortaría, mi habitación, el lugar al que Drake había corrido a esconderse. Subí las escaleras, entre a mi habitación cerrando la puerta con seguro y busqué a Drake en todos lados ya que si estaba asustado, lo más probable era que estuviese camuflado. Cuando lo encontré estaba acurrucado entre un montón de cojines y almohadas, después de que volvió a su color normal noté que lo que hizo Dylan lo había puesto muy triste, tenía las orejas caídas y la mirada triste.

—Drake, ven con mami.

Él se acercó a mí, mientras acomodaba a Chloe sobre una manta y la dejaba boca arriba para poder consolar a Drake. Lo cargué, acaricie su cabeza, y después le di unos besos, me sentía realmente feliz de poder estar reunida con el después de varios un par de días. Drake, se zafó de mi agarre y fue directamente hacía Chloe, él la observó hasta que se acurrucó junto a ella, rodeándola con su cola.

—Vas a ser un buen hermano mayor, Drake —dije acercar mi labios a la frente de Chloe y darle un ligero beso, para luego darle uno a Drake.

Esta vez, sentí una chispa de felicidad al ver a Chloe, creo que lo único que me mantenía animada era estar al lado de mi bebe, de mi dragoncito, de mi hijo.

—Tú no eres una mascota Drake, eres mi hijo —comenté al llevar mis manos hasta su cuello para quitarle el collar que le había hecho hace tres años, símbolo de que él no era una mascota y jamás lo seria.

Drake: El secreto de Carrie Washington (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora