12: Madre e hijo

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Carrie

Continué conduciendo hasta que por fin estuve en casa, solo que no bajé del auto de inmediato, mis ojos estaban rojos por haber llorado, mi forma de actuar de estos momentos estaba afectada por el miedo, debía de tranquilizarme antes de entrar a mí casa, actuar normal y despreocupada para que no tuviera que explicar nada de lo ocurrido a mis hijos, sobre todo a Drake, quien era el motivo de que ese cazador estuviera de nuevo en el pueblo.

Regulé mi respiración, me puse gotas en los ojos para evitar el enrojecimiento, y entré a la casa, y lo primero que vi al entra fue a Chloe en la sala con la televisión encendida, sin mencionar que Lázaro estaba sentado en el sillón junto a ella, no me importó, lo único que me interesaba en estos momentos era estar con mi hijo, hasta sentir que esta desesperación interna hubiese desaparecido.

En el Jardín no había señales de Drake, y él único otro lugar en el que se me ocurría que podía estar era el granero, entré en él y en efecto allí estaba Drake, triste, solo, llorando con el oso de peluche que le regaló Chloe.

—Me abandonaste —dijo antes de asemejar el color de su piel al de la madera y la pared al fondo.

—No, Drake, no te abandoné, solo fui al supermercado para...comprar las cosas que usaré para tú fiesta de cumpleaños —contesté arruinando la sorpresa.

—Ya lo sé, Chloe me lo dijo cuando empecé a llorar. No lloró porque te hayas ido, lloró porque siento que ya no me quieres —contestó estando camuflado.

—No digas eso Drake, por supuesto que te quiero —dije al acercarme—. Y créeme que yo nunca haría nada para acerté sentir mal.

Él no me contestó esta vez, solo escuché su respiración. Cuando estuve a su lado, lo abracé del cuello con mucha fuerza y su piel cambió de color para asemejar el color de mi blusa azul, el color de mi piel, hasta que yo quede reflejada en el cambio de color de su piel, que era tan perfecto que casi parecía un espejo.

—Drake, voy a decirte algo que tú hermana no sabe.

El siguió sin cambiar de color.

—Escucha, yo te quiero con todo mi corazón Drake y sí he estado algo distante contigo estos días es... porque he tenido unos serios problemas emocionales con respecto a algo —le dije reanudando el llanto que abandoné al entrar a la casa.

Drake, abrió sus ojos al escuchar que comencé a llorar. Su piel lentamente volvió a ser normal, sus ojos estaban algo humedecidos, sus orejas estaban abajo y su mirada era de tristeza.

—Estoy afectada, porque hace una semana encontré una fotografía de uno de mis embarazos, el embarazo que perdí y recordar eso me hizo sentirme muy deprimida pero simplemente me lo guardé hasta que en el supermercado paso algo que no puedo contarte, pero eso provoco que todo lo que me había guardado saliera.

— ¿Entonces aún me quieres? —preguntó.

—Drake, hijo... tú fuiste lo mejor que me pudo pasar en la vida y quiero que sepas que nunca haría nada para hacerte sentir mal. ¿Podrías perdonar a la estúpida de tu madre?

—Mami tú no eres estúpida y no tienes que pedir perdón —contestó al frotar su cabeza contra mí cómo muestra de afecto.

—Drake, a partir de ahora prometo pasar más tiempo contigo, incluso voy a hacerte compañía aquí en el granero, he visto lo solo que te sientes aquí y yo también me siento sola en mi habitación desde hace once años, solo quiero que hagas una cosa por mí.

—Claro mamá, lo haré.

—No quiero que vuelvas a entrar al bosque, al menos por un par de meses.

Drake: El secreto de Carrie Washington (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora