19: Drake y Lena (Prt. I)

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Lena

Siento cosas extrañas rodeándome, trato de mover las alas pero no puedo lograrlo, algo las tenía bien sujetas a mi cuerpo. Al abrir los ojos lentamente observo algo muy extraño, parecía como la madera de un árbol pero tenía una forma extraña, era plano y su color era blanco. Intenté abrir mi boca, no pude, había algo que me lo impedía, algo demasiado fuerte como para que lo rompiera, y tampoco podía usar mis garras, como lo demás estaban completamente sujetas. Intentaba hacer memoria de lo que me había sucedido, pero solo recordaba haber encontrado a un macho sumiso y luego... ¡Humanos! Había encontrado a unos humanos y después ese macho me atacó. Ya tenía suficiente con estar perdida, pero ahora tener que lidiar con humanos, no podía con nada de eso.

Traté de moverme con más fuerza para liberarme, no pude, lo que me tenía sujeta era tan fuerte que ni toda mi fuerza serviría. Aquella madera se movió hacia fuera, dejando entrar mucha luz, me cegó por un momento, pero luego la luz desapareció y una pequeña figura comenzó moverse, luego otra, eran dos humanos, un hombre y una mujer. El hombre, parecía nervioso, pero, la mujer, me miraba fijamente con rabia y enojo, verlos acercárseme reanude mi intento por liberarme, con esto asusté al hombre, y como antes aquella mujer seguía sin cambiar la mirada; los dos humanos, caminaron hasta rebasarme.

Estaba temerosa de lo que pudieran hacerme, pero lo que más me llenó de temor fue escuchar los gemidos de dolor de otro dragón al cual no podía ver, después de escuchar con atención, supe que aquel dragón, era el que me había encontrado antes que a los humanos. Eso me hizo pensar que lo estaban torturando, y que cuando acabarán con él, seguirán conmigo. El humano, se me acerco por la izquierda, sostenía un raro objeto en la mano, que clavó en mi cuello, provocándome mucho sueño, segundos después la pesadez en mis parpados fue tal que no pude dormir por más tiempo.

Carrie

Dos días después de que curáramos a Drake y que mantuviéramos sedada a la hembra, estaba tan harta de tener que entrar al granero, ver a esa dragona, y que estuviera tan bien, al contrario de Drake, en verdad que quería hacerle daño, recrear cada una de las heridas del cuerpo de mi hijo en el suyo, solo que al doble o al triple.

Era casi medio día, Chloe estaba en casa de Alice, Dylan, había regresado a su nueva casa en el pueblo al igual que Louis y Max, mientras tanto, yo me quedaba aquí todo el día atendiendo a Drake, no había podido levantarse o comer bien, él estaba en verdad adolorido, pero solo esperaba que hoy sí lograra ponerse de pie.

Me dirigí al patio, después de haber desayunado huevos con pan tostado y jugo de naranja, seguidos por un tazón de frutas, para mí gran sorpresa Drake se encontraba allí, recostado debajo del sol, con ambos ojos cerrados, seguramente durmiendo. Abrí la puerta corrediza con lentitud, así no lo despertaría, pero su agudo oído escuchó la puerta al correr.

—Perdón por haberte despertado —dije.

—No estaba dormido, solo tenía los ojos cerrados para que el sol no me cegara —contestó.

— ¿Espero que ya no te duela nada? No quiero tener que llamar de nuevo a Max, para que cierre heridas abiertas.

—No, me siento mucho mejor. Lo único que no entiendo, es ¿Por qué Leenae no despierta?

— ¿La Dragona? —Pregunté confundida — ¿Por qué te interesa ella?

—No lo sé, solo... estoy preocupado por ella.

—No va a despertar, no hasta que se pase el efecto del sedante. No permitiré que te haga daño otra vez, estará sedada hasta que se recuperé y pueda largarse de nuestro hogar.

Drake, desvió la mirada por un segundo, luego volvió a enfocarla en mí, conocía ese gestó, la idea no le había gustado para nada, ella era como él, y no se le iba a quitar la idea de la cabeza nunca, pero eso no me preocupaba, lo que en realidad me daba miedo, era pensar en que Drake, podría llegar a despertar todos esos instintos salvajes que estaban dormidos dentro de él, por el tiempo que ha pasado con nosotros. No lo permitiría, seguiría haciendo que esos instintos se quedaran dormidos, tratándolo cómo hasta ahora: como si siguiera siendo mi pequeño dragoncito, como mi hijo.

Drake: El secreto de Carrie Washington (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora