8: Preguntas a una madre

74 19 9
                                    

Chloe

Después de pasar horas en mi habitación terminando el dibujo que iría en el pastel de cumpleaños de Drake y notar que estaba anocheciendo, fui hasta el granero. Las luces estaban encendidas, y escuchaba que algo de ruido salía de allí, Drake podría estar viendo una película o escuchando música, él tenía una televisión con comandos de voz conectada a un proyector apuntando hacía una de las paredes del granero, así como un estéreo con sonido sound round. Abrí un poco la puerta para observar que estaba haciendo, y allí lo vi, recostado con la espalda hacía la puerta, observando las caricaturas.

Entré sin hacer nada de ruido, quería sorprenderlo como he hecho muchas otras veces. Caminé de puntitas, pasando por sobre su cola que se movía levemente como una serpiente sobre el suelo, extendió su ala derecha un poco, dejándome muy poco espacio para poder moverme, tuve que deslizarme por debajo de su ala de manera cuidadosa para no tocarla, revelando así mi presencia. Me puse de pie al estar descubierta de su ala, entonces movió la cabeza hacía donde me encontraba, pensé que me descubriría pero sus parpados estaban cerrados, se había quedado dormido.

—Hermano, ¿que no sabes otra cosa que no sea dormir? —Murmuré.

Me arrodillé frente a su rostro y luego apoyé las manos en el suelo mirándolo a los ojos, le daría un buen susto para que se despertara.

—Drake... despierta dormilón —dije.

Movió los ojos.

—Drake, despierta —dije un poco más alto.

El hizo unos gestos de incomodidad, así como también unos ruidos.

— ¡Drake, despierta! —grité con toda la fuerza de mis pulmones.

Drake dejó salir un rugido de terror al abrir los ojos, así mismo, se levantó y retrocedió muy asustado, esto me dio tanta risa que no pude evitar arrastrarme por el suelo de tanto que me reía. Cuando Drake reaccionó ante lo que sucedía, respiraba con rapidez, bajo las orejas sintiendo pena por haber reaccionado peor que una niñita miedosa.

— ¡Hubieses visto tú cara! —carcajeé.

— ¡No... es gracioso, Chloe! —contestó Drake.

— ¡Tienes razón! ¡Es graciosísimo!

Drake cambió de colores para asemejarse a lo que lo rodeaba, siempre que él se apenaba mucho hacía eso, mi risa se fue instantáneamente a ver que había hecho molestar a mi hermano, que a pesar de ser mayor que yo, no era tan maduro psicológicamente, en lugar de parecen un adulto parecía un niño, aunque prefería a mi hermano de esa forma y no como un típico hermano mayor que sea antipático.

—Drake, ¿podrías perdonarme?

Esperé a que volviera a su color natural, y hasta que lo hizo me acerqué a él para darle un abrazo. Sin esperármelo, Drake metió su cola entre mis pies provocando que trastabillara, cuando caí al suelo Drake comenzó a reírse de ello tal cómo lo hice al momento de asustarlo.

— ¡Eso si es gracioso! —Comentó entre risas.

—Ahora soy yo la que se siente apenada. Drake, tu vendaje... tiene unas manchas de sangre.

—Seguramente empezó a sangrar por lo rápido que me moví.

— ¡Ups! Creo que en realidad debo pedirte disculpas. Voy a llamar a mamá, debeos cambiarte ese vendaje.

—No... ella preguntaría cómo pasó y sabes que yo no puedo mentirle, solo te metería en problemas. Estaré bien.

— ¿En verdad? No por ser mi hermano mayor debes hacerte el valiente conmigo, eso guárdatelo para cuando Alice esté aquí.

Drake: El secreto de Carrie Washington (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora