26: La captura

42 16 5
                                    

Carrie

Drake, continuó llorando a mi lado durante casi una hora, había vuelto a ser mi pequeño bebe, mi dragoncito adorable al que adopté hace veinte años, solo que ahora no tenía que mentir nunca más, me había quitado un enorme peso de encima.

Dylan, se había ido, Chloe, me dijo que ella ya había ido a su casa en el pueblo, Louis y Max, se encontraban en la cocina, preocupados por lo que había pasado, ellos ahora eran mi único apoyo, tanto moral y físico, ellos me ayudarían a hacer algo que le podría costar la vida a Drake: irme, para siempre.

—No quiero irme —dijo Drake, lamiéndome el rostro con su suave lengua.

—Tendremos que hacerlo, solo así podré evitar que te suceda lo que a tu madre biológica. No te puedo perder.

—Pero hasta ahora no me han encontrado, no creo que lo hagan.

—Drake, ya saben quién soy, y en poco tiempo sabrán donde vivimos. No quiero que tú hermana corra peligro.

—Pero este es nuestro hogar, no podemos irnos.

—Yo tampoco quiero irme, pero solo así podré seguir siendo tu madre —contesté besando su frente.

—Mami, ¿alguna vez me... consideraste una mascota? —Preguntó—, se honesta conmigo.

—Es mejor que mientras menos sepas de aquello mejor —comenté—, pero sí, cuando naciste eras como mi dragoncito mascota, y como cada chica de mi edad me consideraba tu madre, pero eso solo era un juego —hice una pequeña pausa, suspirando lentamente—. Cuando tenías dos años, empecé a considerarte realmente como mi bebe, pasé por el momento más horrible de mi vida y... tú me ayudaste a superarlo, mi bebe.

Acaricié su cabeza, mientras él cerraba los ojos, sintiendo mi mano tocando su piel, luego toque sus cuernos, eran muy ásperos y duros, una vez quise cortárselos para que tuviera la misma apariencia de cuando era un bebe, pero eso le hubiese quitado el hermoso aspecto que ahora tiene. Mis piernas comenzaron a hormiguear, así que me dejé caer sobre el pasto, ahora tenía la cabeza de Drake apoyada sobre mis piernas.

—Drake, incluso llegué a hacerte un collar, y te paseaba con una corre. La correa la tiré y el collar, lo empecé a usar como pulsera, solo que un día lo extravié. Nunca logré encontrarlo.

—Quisiera haber sabido esto antes, no estaría tan triste como lo estoy ahora.

—No te culpo —carcajeé un poco—. Si tu verdadero padre te viera en estos momentos... —dije sin darme cuenta.

— ¿Qué...? —contestó Drake, alzando el cuello y mirándome directamente a los ojos.

—Bueno, esto no quería decírtelo pero... tú padre aún sigue vivo, lo encontramos hace unos dieciocho años, y él... hiso un trato conmigo, yo te cuidaría hasta que tuviera diez años, acepté, pero cuando se cumplieron los diez años, el nunca apareció. He temido el día en que vuelva porque entonces tendría que dejarte ir.

—Entonces si tengo padre. Quisiera poder conocerlo, así sabría más de mi... —interrumpió lo que decía mientras me observaba.

—Créeme que tú padre te quería, pero él tenía un carácter de lo peor. Tus tíos casi se hacen en los pantalones cuando lo vimos, aunque, tú no te pareces mucho a él, eres idéntico a tu madre biológica. Tus ojos verdes, las marcas en tu rostro, tus alas negras, y el color de tu piel. No sé qué haría si no te tuviera.

—Estarías bien mami, el que si no sabría que hacer sin ti sería yo —contestó—. Además, ahora tengo alguien que puede ayudarme a saber más sobre lo que soy.

Drake: El secreto de Carrie Washington (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora