Se besaron, abrazaron y acariciaron durante varios minutos en silencio, sólo demostrándose su amor.

—Vamos a dormir Liv.

—Sólo  porque en serio lo necesito. Desearía celebrar este paso que hemos dado de otra forma.

—Ya celebraremos —dijo tomándola por la cintura y acercándola a su cuerpo—. El domingo.

—¿Qué tiene el domingo?

—Te invito a cenar el domingo. ¿A las 10 esta bien?

—Sí, supongo sí.

—Perfecto.

—Entonces, ¿a qué hora regresaremos de Connecticut? —preguntó.

—No hemos hablado de eso por cierto —dijo mientras se quitaba la ropa y se quedaba en boxer para dormir.

—¿Hablar de qué?

—No sé si quieres quedarte al juego de Richard.

—Elliot, claro que nos quedaremos. No has ido a ninguno y ahora que tienes la oportunidad de ir, vas a hacerlo.

—No sé si hoy ya te dije cuanto te amaba —sonrió y la abrazó, ya se habían cambiado de ropa y acostado en la cama.

—La verdad es que no me lo has dicho que yo recuerde.

—Pues no podría compararlo con algo, no puedo encontrar las palabras correctas para describirlo. Infinito puede ser una buena palabra —aseguró y ella lo besó, profundizo el beso hasta que quedaron sin aliento.

—¿Muy cursi?

—Mucho pero me encanta porque pienso igual que tú —le dio un corto y tierno beso.

—Hasta mañana Liv —besó su cabeza.

—Descansa Ell —lo abrazó fuerte.

Estuvieron acostados un buen rato y ella creyó que él ya dormía pero como necesitaba decirle algo empezó a besar su cuello y a susurrar su nombre.

—Mmm... —se escuchó de parte de Elliot que tenía los ojos cerrados.

Ella se acomodó en su pecho.

—Elliot, tenemos que hacer las maletas. ¿Llevo traje de baño? —preguntó y él abrió sus ojos rápido—. Yo creo que sí, todavía tengo tiempo de pensarlo —le dio un beso en el cuello—. Hasta mañana.

—¿Las maletas para dónde? —preguntó confundido.

—¿No íbamos a dormir?

—Respondes una pregunta con otro.

Ella sonrió.

—Dijiste que yo decidiera lo de las vacaciones. Decidí que si vamos y ya le dije a Dodds que nos iríamos, no juntos claro.

—¿Le dijiste que nos íbamos por una semana?

—Lo hice y no le agradó la idea pero tenemos muchos días de vacaciones pendientes y le aseguré que si pasaba algo extraordinario podía regresar —informó—. Tienes que llamar a tus hijos y confirmarles que si iremos —añadió y se acomodó para dormir.

A la mañana siguiente Olivia tenía muy buen semblante. Elliot todo lo contrario a ella, la sola idea de pasar toda una semana con su madre, sus hijos y Olivia le había quitado el sueño. Salieron del edificio tomados de la mano y él le abrió la puerta del auto como todos los días, nunca dejaba de ser tan caballeroso con ella.

—¿Hablabas en serio anoche? —preguntó Elliot una vez subieron al auto, toda la mañana había querido preguntarle pero no le salían las palabras.

Reencuentros amorososWhere stories live. Discover now