- Tu nunca me harías algo que yo no quiera, ¿verdad?- murmuró con los ojitos Bambi llenos de lágrimas mirándolo desde abajo, ya que era más bajito que el ojiazul.

- No, amor, nunca en mi vida. Preferiría ahogarme con aconito a que hacer algo como eso- le aseguro, dejando un beso sobre su frente y atrayendolo a su pecho en un abrazo- ¿tuviste una pesadilla?

Stiles asintió, pegado a su pecho, dejando salir algunas lagrimas.

- Y era sobre...

- Si.- murmuró apenado, con solo pensar en eso.

Le acaricio el cabello, dejando besos sobre este.

- Ya paso, no fue verdad ¿si? Nunca podría hacerte daño. Te lo prometo.

- ¿Por la garrita?

Río en sobre su cabello, reemplazando la uña del meñique por una garra.

- Por la garrita.- prometió y engancharon sus meñique.

Volvió a dejar un beso, esta vez en su mejilla, y se fundieron en un abrazo, meciéndose en este.

- ¿Quieres que vayamos a dormir?- pregunto el castaño, con la mejilla pegada a su pecho.

- Dime tú. Prodia estar así contigo durante todo el día si eso es lo que necesitas.

- Yo también te amo- murmuró con una sonrisa y el ojiazul sonrio- Bien, vamos.

Pero no se despegó, más bien, se pego aún más, pasando sus brazos alrededor de su cuello.

- ¿Me llevas a caballito?- pregunto infantilmente y Isaac solto una tremenda carcajada.

- Ahora hago de caballo, bien. Quiero mi pastito y zanahorias, eh.- burló y tomo al ojimiel por los muslos en los costados de su cadera, cargandolo en camino a la escalera.

- ¡Arre caballito!- chillo y ambos soltaron una tremenda carcajada.

Ambos agradecieron que el papi/suegrito no esté en casa.

Stiles tomo su rostro con sus manos y dejo un suave beso en la comisura de sus labios mientras subían las escaleras.

-Te amo.- murmuró, y no podía evitar sonreír al volver a besarlo.

-Te amo más.- dejo un beso sobre sus labios y otro en la punta de su nariz.

Sonrieron mutuamente y el castaño hundió su rostro en la curva de su cuello, y ronroneo a gusto, acercándose más.

Nisiquiera se había dado cuenta de cuando había llegado a su habitación y el ojiazul se acercaba a su cama y lo dejaba sobre esta con una delicadeza innata.

- Duerme conmigo.- murmuró adormilado, sin soltar su cuello.

- No creo que deba...- dudo, por la pesadilla.

- Porfavor.

Y ahí venía el chantaje otra vez con el puchero y los ojitos de perrito mojado.

Rodo los ojos y con una pequeña sonrisa y se acostó a su lado. Rodeo su cintura con uno de sus brazos y dejó su rostro cerca de su cuello donde su dulce olor se concentraba. Quedaron en una perfecta posición cucharita, pegaditos y juntitos con sus manos entrelazadas.

Y calleron en los brazos del otro.

(...)

Soltó un ronroneo de satisfacción al sentir unos brazos rodeando sus caderas con posesividad y una suave respiración en su nuca.

Se levantó lentamente, estirándose perezosamente como un gato y sentándose en el borde de la cama mirando la ventana seguido de su reloj que marcaba las 10am.

《Sentimientos》StisaacDonde viven las historias. Descúbrelo ahora