CAPITULO 48

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Clara

A veces las personas eligen una máscara. Otras un disfraz. Rara vez encuentras personas que se muestren tal cual son en realidad.

La vulnerabilidad que conlleva eso, es un riesgo grande, por eso la mayoría prefiere escudarse tras lo que podríamos llamar, su mejor "cara de póker".

Abrí la puerta de la camioneta y me metí adentro de cabeza. Mi pierna me dio un tirón doloroso, que me hizo apretar los dientes.

Natasha me siguió por detrás, no sin antes seguir disparando.

-¡Mierda! Estos hombres parecen que se multiplican. Matas uno y aparecen tres más.

Ella cerró la puerta de un portazo y me miro con determinación, recordándome a la antigua Natasha.

-Cúbreme. Voy a intentar arrancar esta cosa.

Mientras ella hacia dios sabe que. Yo seguía disparando y recargando las balas. Natasha tenía razón, estos hombres se multiplicaban como conejos.

¿En algún momento deberían acabarse? No creo que hayan pensado que necesitarían un ejército para eliminarnos.

Conocía a Alek desde pequeña. El siempre subestimo al sexo femenino, calificándonos de débiles y emocionales. Este ataque debía venir de otro lado, me mentalice que debía ser más rápida e inteligente que ellos por Patrick.

Dispare por última vez y el lugar se sumió en un terrorífico silencio. Espere atenta, por si alguno más salía de las sombras, pero nada.

El descampado parecía un campo de batalla. Había al menos veinte cuerpos muertos, en su propia sangre.

Luego de estar segura de que nadie más nos atacaría. Tome una gran bocanada de aire y suspire cansada.

¿Cuando terminaría todo aquello?

Los vidrios de la camioneta estaban rotos y por segunda vez en menos de doce horas habíamos salido vivas de otro ataque.

Mire a Natasha que fruncía el ceño, cortando cables y uniéndolos. Hasta que de pronto el motor rugió con fuerza y ella levanto la cabeza victoriosa.

Puso primera y me pidió que pusiera mi reloj en dirección a Dublín, para que vaya guiándonos.

-Tenias razón-dije cortando el silencio que se había extendido entre nosotras, luego de la emboscada.

Ella me miro con sus ojos verdes e hizo una mueca incomoda-las dos teníamos un poco de razón ¿no crees? Tú en el bar y yo en esto. Lo que me deja pensando en un cincuenta y cincuenta.

La mire desconcertada-¿cincuenta y cincuenta?

-Sí. Es como jugar a la ruleta tienes la mitad de las posibilidades de poder ganar acertando y la otra perdiéndolo todo. Las personas son así, a mi modo de ver. Nunca sabes que esperar de ellas, entonces prefiero esperar lo peor y si no es así, que luego me sorprendan para bien.

Sopese sus palabras con detenimiento. Era una mirada bastante negativa de la gente. Pero quien podía culparla, en nuestro mundo la desconfianza era nuestra mejor aliada.

-Yo creo que nadie es cien por ciento malo. Solo se desvía del camino o a veces solo no tiene elección.

Ella apretó los labios, ante mi última palabra- siempre hay elección-dijo en un susurro, que logre escuchar.

El viaje trascurrió en un silencio sepulcral. Jugué con la radio, hasta que encontré una que me gustaba. La canción Bad Guy de Billie Elish. Un nuevo tema que me gustaba mucho. Natasha comenzó a tararearla, de las dos ella era la más talentosa y tenía una voz que te noqueaba, al estilo de Cristina Aguilera, pero rusa.

Siempre Te Encontrare © 2 Libro De La Saga "Un Escoces Enamorado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora