CAPITULO 44

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Patrick

A veces la vida juega con nosotros y a veces solo nos pellizca para que abramos los ojos.

¡Ella lo había vuelto hacer!

¡Maldición!

Había huido otra vez, dejándome una puta nota, justificándose con argumentos absurdos, de que esto era lo mejor para mí y bla bla.

Estaba enojado. Muy enojado.

Ya habían pasado tres malditos días y me había aprendido la carta de memoria de tanto que la había leído, hasta podría jurar que ya la había degastado de tanto mirarla.

Como si haciendo eso, lograra que ella apareciera por la puerta.


Patrick:

O mejor dicho mí querido James Bond.

Tuve que irme, lo siento, pero era lo mejor. Lo nuestro nunca pudo, ni podrá ser y es todo por mi culpa.

A mi lado nunca podrás ser feliz. Soy una caja de pandora y si alguien alguna vez la abriera correría mucho peligro. Sumándole que me persiguen los mafiosos más peligrosos del mundo. Ellos buscan mi cabeza y mataran a todo quien me ayude.

Ellos saben que para atraparme, tienen que encontrar mi punto débil y uno de ellos ya lo encontró.

No me lo perdonaría si te pasara algo a ti o a tu familia por mi culpa. En este poco tiempo de conocerlos, he llegado a quererlos.

Lo mejor es que me vaya lejos y con esto, lleve también a mis problemas.

Eres un hombre increíble. Y la mujer que te tenga, será una suertuda.

Nunca fui buena escribiendo cartas y menos de este estilo, ya que no me gustan las despedidas, pero no podía irme sin más.

Busca tu felicidad Patrick, te lo mereces.

Súper Woman.

El cuarto estaba dado vuelta. En mi ataque de furia, había roto la mesa de luz y me había destrozado los nudillos contra la pared.

¿Por qué tuvo que decidir qué era lo mejor para mí? ¡Eso no le correspondía! ¿Es que acaso no le había dado motivos para que ella confiase en mí?

-Yo creo que no primo.

Me di vuelta ante la persona que había interrumpido, mi momento reflexivo de mierda y me encontré con...Simón.

¡Si señores! La última persona que me quería ver en este momento.

-¿Qué haces aquí?-gruñí.

-Te ves lamentable.

-¿No me digas?-dije irónico.

El rodo los ojos-si la quieres, ve por ella, en vez de perder tiempo enejándote con la vida y tus muebles.

-¿Desde cuándo tú me das consejos de amor?

-Deja la ironía primo. Solo quiero ayudarte.

-¿Tu ayudarme?-me reí-tu solo querías a mi mujer. ¿Cómo se yo que no le metiste ideas absurdas en la cabeza para que me deje?

Estaba furioso. Furioso con ella por abandonarme y con el por querer lo que es mío y tener el tupe de querer aconsejarme.

-Tienes razón. No se para que vine-se dio media vuelta, dispuesto a marcharse.

-¿Lo niegas?

-¿Qué cosa?

-Querer lo que es mío.

El se rio a carcajadas-espero que cuando me enamore como ustedes, no me vuelva un cavernícola posesivo, impidiéndome ver la verdad en las personas.

-No cambies de tema Simón.

El se puso serio de repente-no lo niego. Clara me encanta. Es una mujer extraordinaria y con una fortaleza impresiónate.

Me acerque peligrosamente, con ganas de bajarle todos los dientes, pero él ni se inmutó.

-No lo niego. Pero ella no es la mujer para mí y ¿sabes cómo lo sé?

No espero a que yo le responda.

-Porque ella te ama idiota. Aparte el tren del amor paso hace rato y lo perdí. Créeme si estuviera atrás de tu mujer, no estaría aquí, perdiendo el tempo contigo.

Me ama. Ya eran tres personas que me habían dicho lo mismo, pero ninguna de ellas, era Clara.

-¿Ella te lo dijo?

-¿Enserio? ¿Por que eres tan obtuso? Todos nos dimos cuenta de eso, apenas los conocimos. Me sorprende que tú, todavía no te des cuenta.

-Mis sentimientos no son un tema que quiera hablar contigo.

-Como quieras- se encogió de hombros- solo te digo una cosa, que yo no vaya tras ella aprovechando que tú sigues hundiéndote en una nube de auto depresión, no quiere decir que otro hombre no la vea y la quiera para él.

-¿Que estas insinuando?

Los celos me comían la cabeza. La sola imagen de ella con otro hombre, me hervía la sangre.

-Que si la amas, ve tras ella. Y hazla entrar en razón. Encuéntrala y demuéstrale que su lugar esta a tu lado. Ella cree que tu estarás mejor, si ella está lejos, demuéstrale que no es así.

Sonreí ante la palabra encuéntrala.

-¿Ahora por que sonríes como un idiota? ¿Te has golpeado la cabeza en tu arrebato de Hulk?

-¿Quien dice que yo no sé donde esta?

Su cara paso del enojo a la sorpresa

-¿Cómo?

-Yo siempre voy a encontrarla.

-¿Pero t-tu sabes donde esta?

-¿Por qué estas tan nervioso?¿Hay algo que debería saber?

-Solo tengo curiosidad-dijo haciéndose el desentendido, pero yo sabía que estaba ocultándome algo, que iba a averiguar que es.

-Así es, se donde se encuentra.

-No entiendo. Si sabes donde esta Clara ¿por qué diablos sigues acá deprimido en vez de ir y buscarla para traerla a tu lado?

Suspire-Porque esta vez, voy a darle tiempo a que recapacite. A que vea que puede confiar en mí, aunque eso signifique sentirme como la mierda sin ella.

-¿Y como ella va a saber eso, si tu no das señales de vida?

-Tú no tienes idea primo. Esto recién empieza.

-Me estas asustando ¿te volviste algo así como un acosador a distancia?-achinó sus ojos.

-Solo voy a decirte que si ella no vuelve a mí en esta semana, voy a ir por ella y voy a amarrarla a mi cama, para que jamás se le vuelva a ocurrir escaparse de vuelta.

Siempre Te Encontrare © 2 Libro De La Saga "Un Escoces Enamorado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora