CAPITULO 43

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Clara

Estamos hechos de nuestras decisiones. Para bien o para mal, ellas no llevan a ser lo que somos.

Mire por última vez a Patrick, mientras dormía. Se te veía tan tranquilo así, tan vulnerable, pero a la vez tan fuerte. Sus gruesas pestañas descansaban sobre sus mejillas y su respiración era tranquila y constante.

Así dormido, parecía no tener preocupaciones. Pero yo sabía que las tenía y la mayoría era en referencia a mi persona. El equipaje que traía era pesado y mi ropero estaba lleno de cadáveres, el amar a Patrick abría esa puerta roja, que de terror me embragaba.

Patrick tenía un alma que necesitaba ser liberada.

Pero yo no era la indicada.

No lo merecía.

Y eso dolía... dolía como la mierda.

Una lagrima cayo por mi mejilla, recordando lo que estaba por hacer. Lo había pensado mucho, luego del secuestro de Megan. Volver a ser Anastasia, lo había cambiado todo, me asusto sentir que una parte de mi extrañaba mi vieja vida y la otra quería huir y esconderse bajo la cama más cercana.

Alejarme era lo mejor. El merecía ser feliz con alguien que no cargara tantas mochilas y que encima lo pusiera en peligro cada dos por tres.

Acaricie su mejilla y suspire, era la hora del adiós. Deje la carta que había escrito hace una hora en la mesa de luz y en silencio salí a hurtadillas de la habitación.

Eran las cinco de la mañana. Todos dormían plácidamente en sus respectivas camas, nadie se enteraría de mi ausencia hasta que sea demasiado tarde.

Deje mi teléfono en la mesa, eso evitaría que me rastreen. Tome mi maleta y salí de la casa, la cual había llegado a sentir como mi hogar en este último mes.

El corazón se me hizo un nudo en el pecho y las lágrimas se acumularon en mis ojos, pero me negué a dejarlas salir. Era momento de ser fuerte.

No quería dejarlo, pero era lo mejor, el estaría a salvo si me alejaba. Eso es lo que me repetía constantemente para no echarme a atrás.

Un auto me estaba esperando. Subí y Simón me miro con ceño fruncido-¿sabes que si él se entera que te ayude con esto, va a matarme no?

-El nunca lo sabrá, solo me odiara a mí, pero estoy dispuesta a pagar ese precio por su seguridad.

Simón comenzó a conducir en silencio hasta el aeropuerto.

-Si te arrepientes, podemos dar la vuelta.

-No lo hare.

-¿Porque eres tan terca? Tú no quieres irte-gruño.

-Es una decisión tomada y te pido que la respetes. El, ustedes, ninguno esta salvo si yo me quedo cerca.

-Podemos defendernos, el peso del mundo no tiene por qué estar solo en tus hombros.

No le respondí, solo gire la vista y mire por la ventana. Pude escuchar un gruñido de su parte. Los arboles parecían pasar tan rápido, como un libro cuando lo abres y pasas las hojas al azar, para darle una mirada.

Extrañara Escocia. Era un lugar lleno de magia y tradiciones. Un lugar donde la naturaleza reinaba y donde cada lugar, castillo o rincón, tenía una historia para contar.

El primer lugar después de Rusia, en el que me volví a sentir en casa.

Después de una hora llegamos al aeropuerto. Simón me ayudo con la maleta y fui a hacer el check-in, mientras él la despachaba.

-¿Listo?-pregunto.

Solo asentí. Si hablaba tenía miedo de derrumbarme y que el viera que en realidad dudaba de mi decisión.

-Todo, está en orden. En Londres te esperan para empezar a trabajar en la sucursal de la agencia y aquí tienes las llaves de tu nuevo departamento.

-No sé como algún día podre agradecerte esto.

-No lo harás, por que no hace falta-dijo encogiéndose de hombros con una sonrisa ladeada.

Simón se había comportado tan bien conmigo. El no solo me había ayudado a escapar, sino que me había dado una vida, una nueva para volver a empezar.

Lo veía difícil, pero no por eso no iba a intentarlo. Deseaba que Patrick sea feliz y solo podía lograrse eso conmigo fuera del camino. Ya que conmigo nunca tendría tranquilidad, ni la típica familia feliz que anhelaba.

-Antes que me olvide-saco un teléfono de su bolsillo-toma este, estaremos en contacto.

-Gracias-lo abrace.

-El vuelo 362 con destino a Londres, saldrá en quince minutos. Por favor, pasajeros, repórtense en puerta de embarque.

-Ese es mi llamado-dije tratando de mostrar una emoción que no sentía.

-Nos vemos, te deseo toda la suerte del mundo-dijo sonriendo, como si el conociera un secreto que yo no.

-¿No me dirás adiós?-enarque una ceja.

-No. Sé que nos volveremos a ver. Aparte, creo que estas subestimando a mi primo, si te ama tanto como dice, siempre te encontrara.

-No lo hará. Se merece algo mejor.

Simón rodo los ojos y me hizo una seña con las manos, como si estuviera echándome.

Me despedí y fui a la puerta de embarque. Desde el otro lado Simón me miraba fijamente, como si no me creyera que estaba por hacer lo que dije que haría y en cualquier momento saldría corriendo por la puerta para decirle que me arrepentía.

Lo salude con la mano y entregue mi boleto a la azafata, antes de que el arrepentimiento me embargara. Me senté en el asiento indicado y solté todo el aire retenido.

Perdóname Patrick. Pero mientras yo esté a tu lado, nunca serás feliz.

Buenas!!! Ya queda poco para el final y unas cuantas sorpresas. Les agradezcos a todas y todos mis lectores que siempre estan para dame su apoyo.

Con amor ❤ Alice.

Siempre Te Encontrare © 2 Libro De La Saga "Un Escoces Enamorado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora