CAPITULO 10

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Patrick

El subconsciente sabe perfectamente lo que en el fondo queremos y para posicionarnos cerca de nuestra objetivo pone nuestra mente en modo automático , sin que nosotros nos demos siquiera cuenta del por que o en donde nos encontramos.

No me pregunten que hacia parado al frente de Starbucks. Cuando me levante tuve una gran necesidad de verla y escuchar su voz. Se que esto iba a terminar mal, ya que Clara era una mujer de compromisos no de una noche, pero parecía ser que mi cabeza no quería entenderlo.

Entre al lugar, antes de arrepentirme y entonces la vi. Iba con su delantal de trabajo, unos pantalones apretados y se Había hecho un moño alto en la cabeza dejando algunos mechones sueltos.

Lo que me llamo la atención era su ceño fruncido, mientras atendía a unos chicos , que tenían mas ganas de coquetear que de ordenar.

Quise ir en su ayuda cuando un chico alto, un poco desgarbado con el mismo delantal se acerco y le dijo algo en el oído. La sangre comenzó a calentarse en mi cuerpo, y tuve muchas ganas de alejarlo de ella. ¿Pero que me pasaba? Me apreté la nariz.

Ella asintió al chico y se alejo de la mesa, sin antes darse vuelta y encontrarse conmigo. Al principio su cara mostró pura sorpresa pero luego, una sonrisa muy sexy apareció en su rostro.

Se acercó a mi mesa - pero miren si es James Bond en mi lugar de trabajo ¿que quiere ordenar?- pregunto mordiendo el lápiz.

- Un café negro por favor y llámame Patrick, Clara - dije serio

Ella sonrió de vuelta y guiñándome el ojo dijo - en un minuto

- Espera- le dije tomándole del brazo

Ella se dio vuelta sorprendida por mi arrebató- ¿si?

- ¿A que horas sales?

- lo siento James Bond, pero la mujer maravilla no sale si no es con otros superhéroes - dijo divertida

Yo rodé los ojos y sonreí, esta mujer tenía algo con los superhéroes...

-Solo, quería invitarte a almorzar como amigos y como agradecimiento por ayudarme...

Ella lo medito un momento que me pareció una eternidad-¿como amigos dices?

- Te prometo guardar mis manos para mi mismo

Ella se río y negó con la cabeza- esta bien, como amigos, pero con una condición...- dijo picara

Rodé los ojos-Esta bien dime...

- Yo elijo donde comemos- me miro desafiante, esperando que yo salga huyendo.

- Como quieras - dije despreocupado

- Swist vete a atender otra mesa de esta me ocupo yo- dijo con altanería una morena de curvas impresionantes, mientras la miraba con desdén. Dejo mi café en la mesa y me miro haciendo ojitos.

Clara la miro y rodó los ojos- a Patrick no le gustan las teñidas Susan.

Casi escupo mi café y su risa me contagio, haciendo que la morocha llamada Susan la fulmine con la mirada.

- A las doce y media salgo, no llegues tarde o comerás solo - dijo divertida y se fue moviendo las caderas, dejándome hipnotizado.

- Sabes, no deberías meterte con la dama de hielo, ella no es para ti.

Me había olvidado que Susana, Susan o como se llamaba seguía ahí-¿dama de hielo?- pregunte con curiosidad.

- Si, Clara... Ella no te dará nada de lo que necesitas...- ronroneo

- ¿Y tu si?- enarque una ceja

Podía ver su nerviosismo, oculto bajo todo ese maquillaje. Me levante antes de que pudiera responderme y mire a Clara antes de irme. Ella me saludo con la mano, antes de darse vuelta y seguir atendiendo.

Las doce y media llegaron rápido entre tanto papeleo. Todo había salido bien, la negociación con los tailandeses y mi padre había llamado felicitándome, cosa que me sorprendía, el nunca me felicitaba.

Llegue a Starbucks y ella ya estaba esperándome. Me baje para abrirle la puerta, cuando ella me detuvo y negó sorprendida- a donde vamos, no necesitaremos el auto.

La mire sorprendido y con curiosidad. La seguí hacia el parque, ella miraba todo con asombro y una sonrisa.

-¿Que?-dijo divertida

-¿Perdón?- dije sorprendido

- Me estabas mirando de una forma que daba miedo- dijo divertida.

- Solo tenias una mosca- mentí avergonzado

Ella negó con una sonrisa- una mosca, claro...

- Bien llegamos-dijo con una gran sonrisa.

Mire para todos lados, pero no habían ningún restaurant a la vista.- ¿donde dices que comeremos?-pregunte confundido

- Ahí- señalo un carrito de hots dogs.

- ¿Es una broma verdad? ¿Donde esta la cámara oculta?

Ella se río, con una gran carcajada.

- No entiendo ¿que es lo gracioso?- dije serio.

- Disculpa ¿nunca comiste un hot dog?- dijo mientras se secaba las lágrimas

- Ese no es el tema, iremos a comer a Binchs, esta aquí a dos cuadras, vamos...- me di vuelta, pero ella no me seguía.- ¿que esperas?

- Quiero comer un súper Hot Dog y la condición era que yo elegía el lugar, vamos te prometo que no te vas a morir en el intento- engancho mi brazo con el suyo y me llevo hacia el carrito.

- Buenos días señorita ¿que desea?- pregunto un señor de tercera edad con una gran sonrisa.

- Un súper hoy Dog completo con papas y una coca cola.

El asintió u luego me miro a mi- y ¿usted señor?

- Clara...

- Vamos, solo una mordidita...- hizo un puchero.

- Esta bien, lo mismo que ella- desistí.

El hombre nos dio dos súper panchos con nuestras cocas y nos sentamos en un banco, que estaba cerca a comer.

Ella le dio una mordida y gimió de placer, lamiéndose los labios. ¡Maldición! Quería tomarla en mis brazos y hacerla mía de inmediato. Al darse cuenta del gemido, se sonrojo y me miro alentándome- vamos una mordidita...

Yo quería darle una mordidita a ella ¡joder! Tenía que sacarme esas ideas locas de la cabeza.

Mordí un poco ante su atenta mirada. No estaba tan mal, la verdad, mejor de lo que esperaba.

- Y ¿bien?

- No esta mal - dije mientras ella sonreía victoriosa.

Terminamos de comer en silencio. Ella cerró los ojos y se quedo así, con el viento volando sus cabellos, inmersa en una burbuja de paz y tranquilidad. Me sentía bien observándola , como si ella pudiera transmitirme esa paz a mi.

Ella abrió los ojos ante mi escrutinio y sonrió. Se veía como un ángel y como si de un imán de tratara me fui acercando hasta que nuestras narices quedaron pegadas.

Estaba a punto de besarla, cuando su teléfono sonó y nos saco de nuestra burbuja.

Ella atendió nerviosa- hola, si soy yo, esta bien iré, si, bueno hasta luego.

Quise descifrar de que se trataba la llamada, por sus gestos faciales, pero me fue imposible deducir de que se trataba, solo que la había puesto mal.

- Clara...

- Necesito irme, gracias por el almuerzo...- se paro para huir cuando la agarre por el brazo y la atraje hacia mi.

-Dime que pasa, puedo ayudarte...

Ella negó con la cabeza y los ojos se le llenaron de lágrimas, cuando se zafo de mis brazos y salió corriendo del parque.

Siempre Te Encontrare © 2 Libro De La Saga "Un Escoces Enamorado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora