CAPITULO 45

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Antes que nada ¡feliz navidad! Espero que pasen unas lindas fiestas en familia y llena de felicidad y amor.

Se acerca el final de esta historia. Quedan pocos capitulos ¡que nervios! No quiero que termine, pero bueno no es el fin,siempre es el comienzo de una nueva historia.


Clara.

¿Hasta cuanto estamos dispuestos a dar por amor?

Una semana después.

Había sido una larga semana. Meterme en mi nuevo personaje, mantener un perfil bajo, entrenar sin descanso, para llegar y caer rendida en mi cama y no pensar en el.

Simón había movido sus contactos en la sucursal de la agencia en Londres, para que me aceptaran como agente interina. Llevaba tan solo una semana y ya mis compañeros me habían apodado pistolera sangrienta.

Mis superiores estaban contentos con mi trabajo y me felicitaban siempre después de cada misión. Nunca fallaba, siempre cumplía y mis objetivos jamás escapaban.

Al principio fue difícil.

Ser la hija de uno de los mafiosos más peligrosos de Europa, aterraba a la gente. Así sean ex criminales o asesinos, quien me veía en el campo, luego no se acercaba.

No digo que me importe, no tener amigos era lo mejor en este momento. Soy una mujer solitaria y estar lejos de Patrick, me ponía de muy mal humor.

No veía las horas de llegar a casa, ponerme un piyama y comer helado, viendo netflix.

Mi teléfono zumbo, avisándome que me había entrada un mensaje.

Lo abrí y quede de piedra con el contenido.

No importa que tan lejos huyas, yo siempre te encontrare...

Mi pecho se oprimió ¿sería Patrick?.

No lo creo.

El debía estar súper enojado conmigo, en estos momentos, aparte de que no había forma de que consiguiera este número. Entre a mi nuevo departamento. No tenia muebles, solo lo básico. Las paredes estaban pintadas de gris y blanco y solo tenía un gran LCD y un sillón negro.

Mi habitación era igual. Constaba de otro LDC y una cama de dos plazas. No había fotografías, ni cuadros, nada decorativo. Nada personal. Me costaba verlo como mi nuevo hogar, digamos que lo apode "la cueva".

En la agencia no era Clara, ella había muerto en Escocia.

Volví a ser Anastasia Kostova. Una mujer sin emociones, una asesina sin piedad.

Los días pasaban lentamente. Me sentía vacía, como si fuese un zombi, que se levanta para hacer su trabajo y vuelve para comer y dormir.

Cumplir con una rutina monótona. Si fuese por mi me quedaría en la cueva comiendo helado y viendo series. Pero no podía hacerlo, le había prometido a Simón, que saldría adelante y trabajar me ayudaba a no pensar y hacer algo proactivo con mi tiempo al mismo tiempo.

Todos los días me preguntaba si estaba haciendo lo correcto. Y me respondía a mí misma, que sí, que era lo mejor para todos. Pegue mi corazón con cinta y lo bañe en hielo, para dejar de sentir, dejar de sufrir, de pensar en cómo él estaría.

Mis perseguidores no mostraron signos de vida. Salvo esos mensajes raros que me llegaban diariamente.

Y eso era peligroso. Ellos estaban en las sombras al acecho, esperando la oportunidad para cazarme. Esta vez seria más inteligente, si quería venir por mí, estaría preparada, esperándolos. Me había cansado de huir.

Iba a rastrear el numero que me mando el mensaje con el programa que me enseño Colín, uno de los cerebritos de la agencia. Ya que no era la primera vez que me mandaba un mensaje de este estilo.

Mejor prevenir que lamentar, era mi lema.

Prendí la laptop y me metí una cucharada de helado de banana Split en la boca.

Ingrese el numero y toque las teclas como Colín lo había hecho.

Error.

Numero inexistente.

Imposible de rastrear.

¡Mierda! Tenía la esperanza de que fuese Patrick, ahora iba a tener que deshacerme de este teléfono y comprar otro por las dudas.

No podía arriesgarme a que sean ellos.

Prometí que iba a cazarlos. En las noches cuando no podía dormir investigaba y armaba planes de ataque hasta quedarme dormida. La cueva era una fortaleza armada hasta los dientes. Quien quisiera atacarme o robarme obtendría las consecuencias de ser asesinado antes de su próximo suspiro.

El timbre sonó y como acto reflejo saque mi arma. Me acerque a la puerta con lentitud y regule mi respiración. Abrí la puerta de un tirón y apunte con mi arma. Sea quien sea iba a llevarse un agujero en la frente, por interrumpir la paz de mi cueva.

Mi boca se abrió hasta el piso, cuando vi de quien se trataba.

Era imposible.

Ella estaba encerrada en unas de las cárceles de mayor seguridad.

Me sonrió como el gato de Alicia en el país de las maravillas. Pero esta vez no había malicia en su mirada, sino preocupación y algo más. Se acomodo un mechón de su cabello rojo fuego detrás de su oreja.

No baje el arma, no sabía que esperar de esta visita. Nuestra relación nunca fue buena, salvo esa vez cuando trabajamos juntas. Pero luego de eso volvimos a ser como perro y gato.

La tensión se podía cortar con un cuchillo.

Ella enarco una de sus perfectas cejas y pregunto-¿seguirás apuntándome como a una criminal o bajaras eso y me dejaras pasar?

-Tú eres una criminal-dije en voz baja, pero letal.

-Siempre tan chistosa ¿no vas a darme un abrazo de bienvenida hermanita?-hizo un puchero.

-No lo creo.

Ella suspiro derrotada. Estaba menos arreglada de lo normal y tenía grandes ojeras debajo de sus ojos. Su mirada reflejaba preocupación y cansancio. Estaba vestida con ropa de deporte y una gorra puesta.

-¿Qué haces aquí Natasha?

-Tenemos que hablar Ana. Patrick fue secuestrado.

Siempre Te Encontrare © 2 Libro De La Saga "Un Escoces Enamorado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora