CAPITULO 47

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Clara.

El ser humano logra hasta lo imposible al ser preso de la adversidad.

-Me duele la cabeza-gimió Natasha-¿Informe de daños?¿Ana?

-Estoy bien. Pero también tengo un dolor de cabeza de mil infiernos y siento dormida la pierna derecha.

-¡Mierda!-chillo-hay que hacerte un torniquete o te desangraras por la infección.

-¿De qué demonios hablas?- mire hacia mi pierna y maldije entre dientes. Un pedazo de la compuerta estaba clavado en mi muslo y la sangre no paraba de salir a borbotones.

Natasha se saco el cinturón de seguridad. Y camino con dificultad hacia mí. Tenía el pómulo morado y una de las cejas cortadas. Y podría afirmar que las dos saldríamos brotadas de moretones luego de esta.

-Tengo que sacarlo y parar la hemorragia.

Daba vueltas por los restos del avión, como si buscara algo.

Si dije restos. Si bien había logrado estabilizarlo un poco antes de la caída, nos habíamos estrellado de lleno contra una zona rocosa.

-¿Puedes dejar de dar vueltas? Me estas mareando-le reproche.

Ella me miro de mala manera y los ojos se le iluminaron al ver algo en el suelo. Seguí su mirada y vi el cadáver de la azafata unos metros más allá de nosotras.

Natasha se acerco y le saco el pañuelo que le colgaba a la pobre chica del cuello y luego se acerco a mí con cara dudosa.

-Esto va a dolerte, pero es necesario.

-¿Me lo dices para mentalizarme a mi o a ti?

-Un poco de ambas. Ahora muerde esto-me dio una especie de cuero duro que no tenía idea de donde lo había sacado y no me atrevía a preguntar.

-Bueno... respira hondo... a la cuenta de tres lo sacare y te hare el torniquete ¿lista?

Asentí con la cabeza. No me quedaba más remedio, ya que en la boca tenía una especie de mordaza.

-Bien... uno, dos y...

-¡AYYY!-chille. La muy perra lo había sacado antes del tres.

-¡Listo!-dijo satisfecha al ver su torniquete improvisado.

-¿No podías llegar hasta el tres hermanita?-dije entre dientes.

-No. Es mejor así, no te lo esperabas y sirvió de distracción ¿puedes pararte?

Intente pararme, me costó un poco, pero después de unos segundos lo logre.

-¡Mierda! Esto nos atrasara un montón- gemí frustrada.

Natasha me miro con el ceño fruncido-si lo hará.

-¡Gracias por el consuelo!

-No voy a mentirte- se encogió de hombros-toma - me tendió una botella de coñac.

-¿De dónde sacaste esto?-dije sorprendida.

-Lo encontré afuera en una de las valijas del piloto o copiloto, no se cual de los dos. Pero te servirá para pasar el dolor.

-Gracias.

Ella inspecciono el lugar, como si estaría tratando de ubicarse.

-¿Dónde estamos?-pregunto.

-No lo sé-le pase la botella y le dio un trago, pasándolo como si se tratara de agua.

Luego una bombilla se encendió en mi cabeza-¡el reloj!

Siempre Te Encontrare © 2 Libro De La Saga "Un Escoces Enamorado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora