Capítulo 59 || Autentico Grey.

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—Ni pienses que me quedaré aquí o me mandaras a casa. —El tono de Ted me llama la atención. Lo miro con dureza.

Puedo palpar su incertidumbre antes el momento y las incógnitas que no puede descifrar. Seguramente espera la verdad a lo que él claramente se imagina.

—No lo había pensando —le respondo con firmeza. 

No estoy para sus mierdas.

De solo imaginar ver a esa mujer se me está removiendo el pasado y con ellos mis emociones negativas. El odio por todo lo que ha hecho me mantiene pendiendo mi paciencia de un hilo.

El camino a casa es en completo silencio. Cada uno va sumido en sus propios pensamientos. El tráfico a esta hora es menos pesado haciendo que el tiempo sea reducido a minutos.

La ansiedad está haciendo presión en mí. Los recuerdos de mi adolescencia en el mundo de oscuridad al que pertenecí pasan por mi mente como pequeños flashback.

—Todo listo —musita Stephans. 

Le estrecho la mano.

—Taylor irá contigo para que lo traigas de regreso. —Asiente saliendo del área de vuelo.

Christopher toma asiento atrás mientras Ted vuela junto a mí.

En minutos estamos en Portland. Ninguno a pronunciado palabra alguna. Es completamente incómodo viniendo de Ted, es quien tiende a mantener un ambiente alegre y libre de silencios.

Al entrar al hospital un hombre se dirige a Christopher. Intercambian palabras que no duran mucho. Nos dirige al ascensor donde el mismo se detiene en el quinto piso. A cada paso algo en mi cuerpo lo vuelve inestable. Es una mezcla de la ansiedad y la ira que me ha mantenido sumido en mis propios pensamientos.

Se detiene frente a una puerta. Miro a Ted quien esta muy cerca de mí. Abre la puerta dejándome ver a la mujer que un día fue imponente. Aquella que creyó dominar el mundo y manipular a todos como títeres. Aquella que un día dijo que la vida dependía de ella, no ella de la vida. Es la gran Elena Lincoln la que ahora parece un simple despojo humano.

Su cuerpo está inmóvil mientras una mascarilla de aire cubre su nariz y boca. De a poco solo sus ojos verdes como esmeraldas se pueden apreciar. Me acerco con cautela hasta detenerme frente a su cama. Ambas manos poseen vías intravenosas y a su izquierda está aquel aparato que mide sus constantes.

Camino los cortos pasos hasta detenerme frente a su cama. Sus ojos se posan en mí y se ven apagados. Hundidos en un vacío que me provoca escalofríos.

—Christian —susurra casi de manera inaudible.

Un ataque de tos interrumpe su hablar dificultoso. La observo sin saber que hacer y completamente inmóvil. Las palabras han abandonado mi sistema.

Una enfermera entra apresurada trayéndome a la realidad. Mi mente estaba completamente en blanco simplemente viendo como se consumía la mujer que destruyó mi vida y separo a mi familia.

—La paciente no puede hablar. —Asiento sin despegar mis ojos de ella.

—Necesito hablar —vuelve a susurrar—. Tienes que saber la verdad. —Inhala y exhala de una manera tan violenta y deduzco que dolorosa, ya que lleva su mano a su pecho con afán. 

—¿Qué tiene? —Le pregunto a la enfermera, pero Elena no le da tiempo de hablar.

—Es tu hijo. —Mi corazón se detiene. —El... el odio me llevó a secuestrarlo. —Mi respiración se vuelve errática. Giro para ver a Christopher quien mira a su madre fijamente. Atento a cada palabra. Diviso a Ted y sus ojos están abiertos como platos. —Christopher es tu hijo y de Anastasia. —Su pecho sube y baja con dificultad. 

La Sombra de mi Ángel #1 (Saga Sombras, Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora