La Sombra de mi Ángel #1 (Saga Sombras, Grey)

Capítulo 53 || Especial Anastasia II

—No. No. No. ¡No! —Vuelve a gritar quebrando por completo mi alma.

—¡No puedes hacer eso, mamá! —Ahora es Ted quien me suelta al comprender el impacto de mis palabras. 

Permanezco con los ojos cerrados por el exceso de voces que se escuchan en la sala. La cabeza me empieza a doler con intensidad. Inhalo y Exhalo calmando el latir errático de mi corazón. Todo mi sistema está alterado enviando descargas de dolor por partes contundentes de mi cuerpo. 

Necesito calmarme. Tengo que permanecer serena y estable para sacar a mi hija de todo esto. Necesito hacerlo. Se lo debo. Nada de esto estaría pasando de no ser por mi pasado, por creer que tenía la posibilidad de recuperar mi vida. De conocer la felicidad y experimentar el final feliz de los cuentos de Hadas y Princesas.

—No lo voy a permitir —gruñe lo bastante fuerte para sacarme de mis pensamientos. Abro los ojos encontrando sus ojos grises oscuros y furiosos del otro extremo del sofá—, no te perderé por segunda vez. —Con la misma intensidad que la furia gobierna su mirada también lo hace el temor. 

El miedo es quien lo obliga a pasarse sus manos temblorosas por el cabello y su rostro. 

Inhalo profundamente. Por más que lo ame debo mantener mi postura. No quiero que la vida de mi hija se pierda. Christian tiende a quebrar esa imagen de hombre inteligente y calculador cuando alguien que ama está atravesando por un episodio angustiante. Para muestra está la reacción que tuvo frente a Damon y Phoebe.

—No lo estás entendiendo al parecer. —Permanece impasible. —Esta vez está de por medio la vida de mi hija. —No me deja que continúe. 

—Y la tuya. —Una ola de calor se apodera de mi cuerpo. 

Esa sensación de ira crece al ver lo testarudo y estúpido que se vuelve por el miedo. 

—Quiero a mi hija de vuelta —Le gruño irritada—. No pondré su vida en peligro. 

Endurece sus facciones. 

—Yo también la quiero de vuelta, pero no está a discusión poner la tuya en la misma situación. —Aprieto mis manos en puño sintiendo que la ira me sobrepasa. 

—¡Entiende que mi vida no importa una mierda si no tengo a mi hija! —Grito harta de su actitud. 

—¡Y la mía no vale nada si las pierdo a las dos! —Su cuerpo está tenso al máximo. —Te amo y no te quiero perder. —Ese es su miedo y lo comprendo, pero en estos momentos hay algo que me supera. 

—Tu amor no tiene punto de validez en estos momentos. Amo más a mi hija sin importar nada más. —Mis palabras han sonado firmes. No dice nada. Sé el impacto que han hecho mis palabras en él. Lo puedo ver en sus ojos al mirarme con dolor. 

Traga saliva con dificultad manteniendo su mirada puesta en mí. Suspira profundamente antes de asentir de manera imperceptible. 

—Informa a  seguridad que mi esposa tiene prohibida la salida. Intensifiquen la vigilancia. —Dirige aquellas palabras hacia Taylor, remarcando con firmeza la frase "Mi Esposa"

Intenta desafiarme, pero no le seguiré el ritmo. Me mira por última vez de una manera que me deja congelada. Fue aún mayor el daño que han causado mis palabras. He tirado su amor a la basura sin medir el dolor que podría causarle. He pensando nuevamente en mí, sin comprender que el buscaba el bienestar de todos, como lo ha hecho siempre.

Se va camino al estudio seguido de su padre y su hermano. Al verlo desaparecer me permito liberar nuevamente a mi cuerpo de toda la tensión. De mis pensamientos egoístas y de lo vacía que me siento al sentir que pierdo a mi hija.