Capítulo 26 || Descubriendo la verdad

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—Esto no irá como espero —musito todavía en shock.

Pensé que el padre de Anastasia estaba suspendido de su cargo. En su último juicio se había comprobado lo corrupto que era. Declaraba a favor de delincuentes que por sumas cuantiosas quedaban en libertad. Recuerdo claramente nuestro último encuentro...


—¿Nerviosa? —susurro cerca de su oreja. Puedo sentir su cuerpo vibrar al sentir mis manos en sus muslos. Rítmicamente mantengo ese sensual y tierno gesto buscando calmar los nervios que no pretendo demostrarle.

—Un poco. —La insto a ponerse en pie y con agilidad la siento en mis piernas.

—No tienes por qué estar así —beso su frente—, estaré contigo. De eso no tengas duda.

Asiente.

Beso sus labios y nos ponemos de pie al ver a Richard y mi padre llegar.

—Está todo listo. El proceso será rápido. —La mano de mi nena tiembla.

Seguramente es al recordar todo lo que ese hijo de puta le ha hecho. Como la... sacudo la cabeza. La simple idea de recordar lo que le hizo me hace hervir la sangre.

No entiendo cómo alguien tan tierna como mi esposa pudo tener un ser tan vil y repugnante como padre. Y lo peor de todo es que tenía que soportarlo al ser una adolescente. Nunca imagine que alguien como ella hubiese pasado por algo semejante.

Cuando la conocí, aunque agresiva, en sus ojos estaba esa timidez y ternura que te envuelven. Me hechizó desde el primer momento. Aunque fue difícil llegar a ella por las sombras de su pasado, pude demostrarle que ellas y mil cosas más tenemos en común y la mayor de todas es un amor que contra todas las adversidades que nos impuso el destino permanecimos juntos.

Entramos a la sala donde está Raymond junto a su abogado. No sé cuál de los dos es más corrupto.

Mi esposa, Richard y papá se sientan en sus sillas mientras que yo me quedo con mi hermano justo detrás. El infeliz observa a mi esposa con una intensidad que pone los vellos de mi piel de punta, claramente hay odio en su mirada y la sonrisa que mantienen sus labios es inquietante, como si supiera que este juicio lo tiene ganado, lo cual espero no sea el caso.

Sería lamentable para mi esposa perder los pocos bienes que le dejó su madre antes de morir. Los mismos que el hijo de puta de su padre no le quiere devolver al ser legalmente el esposo de la difunta. Creo que entre todo lo que más tristeza le da perder, es la editorial y el café donde dice sentirse como en casa trabajando ya que es un lugar realmente acogedor.

El mismo lugar donde la conocí.

El juicio comienza haciendo incrementar mis nervios y las ganas de partirle la cara en dos a ese jodido enfermo.

Una vez se pone de pie mi esposa el par de pedófilos la repasan sin ningún tipo de descaro de la cabeza a los pies.

Su cuerpo es cubierto por un vestido verde olivo hasta sus rodillas ceñido a su cuerpo. Está en una mezcla clara de elegancia y sensualidad. Ya no es la misma mesera que conocí, ahora es mi esposa y la elegancia que muestra me pone constantemente excitado, menos en este momento.

Los minutos y segundos pasan. La ansiedad juega con mi paciencia haciendo que mi humor se dispare por las nubes.

—Los bienes de la señora Carla Steele, pasarán legalmente a su hija, Anastasia Steele. Las pruebas son concisas. Su relación finalizó muchos años antes de su muerte, por lo tanto, pierde derechos sobre sus bienes y con mayor seguridad al poseer otra familia... —No escucho lo siguiente.

La Sombra de mi Ángel #1 (Saga Sombras, Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora