Capítulo 19 || Mi pequeño

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—Mi hijo —susurro sin aliento—, mi hijo.

Un nudo se instala en mi garganta. Mis ojos solo observan los de mi amada esposa. Esos ojos idénticos a los de Ted.

—Christian. —Toca mi mejilla con manos temblorosas. Llevo la mano a mi pecho al sentir que el aire me falta... Ted, mi pequeño.


—¿Por qué despierto tan temprano? —Escucho la voz de mi esposa.

Termino de abotonar mi camisa y me acerco a la cama. Me siento junto a ella y beso castamente sus labios.

—Tengo una junta importante. —Lleva su mirada al ventanal.

Seguramente sus engranajes están llevándola a la conclusión de que es muy temprano para ir a la oficina.

—¿Tiene que ser hoy? — pregunta con una mezcla de emociones.

Enojada y triste.

—Cariño, es solo una junta que no tomara ni dos horas. —Me mira detenidamente.

Mierda mujer, no sé porque nunca he podido mentirte.

—Mientes. —¡Lo sabía! Pongo los ojos en blanco. —¿A dónde vas tan temprano? —Suspiro profundamente.

—A buscar el regalo de nuestro hijo. —Pasa sus dedos por su hermoso cabello. Lo gira y coloca una pequeña liga que impide permanezca suelto.

Frunce el ceño.

—No entiendo. —Lo sé, esa es la función cariño, que sea una sorpresa para ambos. —Christian no me puedes dejar sola en esto. —Parece nerviosa.

Lo sabía, la histeria de Mía por hacer un cumpleaños por todo lo alto la tiene cansada, estresada y claramente nerviosa.

—Amor, solo serán máximo tres horas. Prometo no demorar. —Masajea su frente.

—¿Lo prometes? —Asiento con una pequeña sonrisa en mis labios.

Miro su hermoso y gran vientre abultado.

—Evita emociones fuertes, por favor. No me gustaría tener que llevarte al hospital el día del cumpleaños de nuestro pequeño. —Bajo a su vientre y dejo un largo y caluroso beso. —Princesa, cuida a mamá por mis unos minutos. Si lo haces, prometo traerte un grandioso regalo. —Vuelvo a dejar otro beso.

Miro mi nena a los ojos los cuales están entrecerrados.

—¿Grandioso regalo? —Mi sonrisa se amplía al verla curiosa.

—Así es, hermosa. —Acaricio su mejilla. Es imposible no amarla. Posee todas las cualidades que un hombre desea. Más que todo su increíble corazón. Anastasia es simplemente única. La única mujer que ha cambiado mi vida y me ha regalado un tesoro invaluable que hoy cumple tres grandes años.

—Dime que es, por favor. Sabes que la paciencia no es lo mío. —Junta sus manos con esa mirada que me derrite por completo. Lo sabe, sabe que es mi jodida perdición esa mirada tierna con ese brillo que hace resplandecer sus hermosos ojos azules.

—¿Conoces la palabra, Nutella? —Sus ojos resplandecen.

Mi adorada esposa ha adquirido una adicción por esa jodida cosa dulce que el médico le envió a controlar. Es increíble como devora un frasco completo solo con su delicado y suave dedo.

La Sombra de mi Ángel #1 (Saga Sombras, Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora