Camila
¿Esto está pasando realmente? Si esto es un sueño, entonces me gustaría despertar, por favor. ¡Ahora mismo! Espero que sea una premonición diciéndome como no hacer las cosas con _____.
No es un sueño. Tampoco es una premonición. Mierda.
Con cada fragmente de determinación que soy capaz, abro los ojos y miro a las profundidades de color café de _____, que son más oscuros, más intensos. Tiene la cara a centímetros de la mía. Mi respiración se detiene, ya que se acerca. Sus labios apenas tocan los míos. Ella espera. Pongo mi mano contra su mejilla. Y la beso.
A diferencia de antes, esta vez estamos reservadas, vacilantes. Es más que una simple presión de nuestros labios. Es perfecto.
Quiero quedarme así para siempre.
Moviéndose de mi boca, _____ suavemente picotea la punta de mi nariz. Nos quedamos en silencio, nuestras miradas se encuentran, mi mano enroscada alrededor de la parte trasera de su cuello. No creo que ninguna de nosotras pueda encontrar las palabras en estos momentos. Ella lo decía en serio. Puedo verlo. Por primera vez, puedo verlo.
Lo peor de todo es —que siempre ha estado ahí.
¿Cómo me lo perdí? Reconociendo que el amor por ella se intensifica. Respira, Camila. Cierro los ojos e inhalo.
_____ rompe el silencio.
—Si se tratara sólo de sexo, habría hecho un movimiento hace mucho tiempo. —Su voz es baja y suave, con ganas. La miro —. Es mucho más que eso. Tú eres la única mujer que he amado.
No puedo creer esto.
—¿Por qué no has dicho nada antes?—susurro.
—Estabas con Shawn. Y no estaba segura de que estabas preparada para el tipo de relación que quería contigo. Toda tu resistencia con un tipo que tu decías que amabas y después ese rebote con Jackson. Yo quería algo que pudiera ir a alguna parte y tú necesitabas estar preparada para eso, o eso creía yo. Estaba esperando el momento adecuado.
—_____... Fuiste mi problema. No podía dejar de amarte, aunque quisiera. Vi la forma en que eras y pensé que nunca podría tenerte, así que traté de hacer que funcionara con Shawn. Amarte se hizo imposible.
Ella hace una pausa, la incredulidad nublando su expresión.
—No me diste ninguna pista—dice, sacudiendo la cabeza—. No lo vi, si lo hubiera hecho, hubiera dicho algo desde el principio, no habría esperado todo este tiempo. Te he querido desde el primer día que entraste en BlackArt, de ninguna manera hubiera esperado hasta ahora si lo sabía. Estás tan jodidamente buena para mí, en todos los sentidos. Todos los ligues de una noche y que arrojaba afuera, sólo porque yo quería ser libre en el momento que tú lo estuvieras. Ninguna de esas mujeres se acercó a ti, por lo que no invertí tiempo en ellas. Tú fijas la barra, pastelito.
Justo cuando pensaba que no podía sorprenderme más, ella fue y dijo eso. Me alejo para sentarme. La miró, todavía tendida de costado, apoyada en un codo.
—_____, el ver eso, es lo que me mantuvo alejada de ti. No creía que pudiera tener lo que quería contigo. Parecía que buscabas todo lo contrario. Saffron dijo que no estabas interesada en el compromiso, cuando te conocí, y eso nunca pareció cambiar.
—Antes de que entraras en escena, la última cosa que quería era una relación, pero eso no era porque yo estaba en contra de ello, o no podía tener una. Simplemente no quería lidiar con nada demasiado intenso en ese momento. Eso cambió cuando te conocí, pero no podía decirte exactamente eso.
