Capítulo 22

1.5K 90 1
                                    

_____

Maratón 3/3

Siete años más tarde: Agosto 2008

Estoy sentada fuera de la cafetería, disfrutando del tabaco y mi dosis de cafeína del inicio de la tarde, cuando Alex me saluda desde BlackArt. Me tomo el último sorbo de mi café espresso, apago mi cigarrillo, y me dirijo hacia él.
—Esta dama de aquí quiere que compruebes el tatuaje que acabo de terminar.

—¿Por qué?

Él encoje sus hombros. —No lo sé, mujer.

Entro en el estudio y hay una pelirroja en el otro extremo, sentada a horcajadas en una silla, con la espalda hacia mí. Ella tiene tatuado un hada desnuda verde y dorada en la parte baja de su espalda, en la parte sexy, entre las dos hendiduras a ambos lados de la columna vertebral.

Me paro detrás de ella, me agacho y lo compruebo. —Muy bonito ¿Te gusta?—Le pregunto, no tengo ni idea de porque ella quería que lo viese. El trabajo de mi hermano nunca es desconcertante.

—Sí, me encanta—dice ella en una voz tan suave como el satén, seductora sin esfuerzo. —Sólo quería saber lo que opinas.

—Se ve bien, se adapta a ti. ¿Alex te explicó los cuidados posteriores y todo?

—Sí, pero tengo una última cosa que preguntar—. Ella gira la parte superior de su cuerpo, para verme bien, su mirada avellana se encuentra con la mía. —¿Puedo seguir follando?— Ah, ya veo a donde va esto.

Manteniendo una expresión seria respondo. —Si por supuesto. Tendrás que tener cuidado con algunas posiciones, para evitar arañazos o fricciones sobre el tatuaje y también ten cuidado que el sudor y otros fluidos corporales no caigan sobre él.

—En ese caso, mejor apunta mi número.

Y así de sencillo, mi jueves por la noche está ocupado. Realmente tengo que reírme de esta situación agradable. La pelirroja sexy, Geraldine, me deja con su número y una cita para verme con ella a las ocho, en un bar en el que nunca he estado antes, pero que iré de muy buena gana.

Me encanta como de lanzadas pueden ser las mujeres, especialmente a medida que maduran. Mi conjetura es que Geraldine es treintañera temprana y exitosa en casi todos los aspectos de su vida, pero por alguna razón, sigue estando sola. Me aseguré de esto antes de que se fuera. 

Después de terminar con mi último cliente, me voy a casa, me ducho y me cambio a una camisa de manga corta negra con botones, vaqueros oscuros y mis botas.

El lugar es ostentoso, justo lo que esperaba que fuera. Geraldine ya está aquí, sentada en un taburete al final de la barra. Su pequeño vestido negro y su pelo profundamente ardiente, viaja a mitad de camino por su espalda, que contrasta con su piel pálida impecable y se complementan muy bien.

Me acerco y pido al camarero de la barra lo que sea que Geraldine esté bebiendo, una especie de cóctel. No nos decimos nada la una a la otra, me quedo quieta, con las manos apoyadas sobre la barra y la miro. Ella me sostiene la mirada, y en este momento el juego previo ha comenzado. La dulzura de su perfume me tiene imaginando oliéndolo directamente de su piel y el labial rosa de sus labios me dice más de lo que cualquier palabra puede.

El camarero coloca nuestras bebidas delante de nosotras. Geraldine presta mucha atención a mis manos, viendo cómo uso mi dinero en efectivo mientras consigo unas monedas. Le doy las gracias al camarero, y mi compañía femenina me da las gracias a mí. Decido provocarla, me muevo a su oído y le digo, —Me agradecerás mucho esta noche—. Me  trago la copa de dos sorbos, amo la dulce calidez familiar que se abre camino hacia mi garganta.

If Only (Camila  y Tú G!P)Where stories live. Discover now