Capítulo 39

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Después de un largo y agotador viaje, por fin había aterrizado Dallani en Tatooine. Todo era como lo recordaba, un lugar donde sus altas temperaturas estaban en su máximo esplendor y a cualquier punto donde pusieras la vista solo podías encontrar dunas de arena áspera. Ahora comenzaba un gran conflicto con ella misma, a pesar que alguna vez ya había pisado el lugar natal de su marido, no tenía idea alguna en donde podría estar oculto Kenobi, lo único que recordaba era la casa de los Lars y tal vez con su ayuda de ellos podría encontrar al jedi.

Comenzando su caminata, aún pensando en todo lo que había pasado un par de días anteriores no podía creer en todo eso, jamás imaginó que todo este tiempo Vader fue en realidad Anakin y lo peor de todo es sobre la gran manipulación que ejerció Sidious en él y en su imperio. Tenía tantas dudas, ella sabía internamente que todo este tiempo fue engañada hasta de la propia Padmé, por lo que muy en su interior tenía la sensación de que sus hijos estarían vivos.

No muy lejos de ella, se encontraba el mercado de Mos Epa, un lugar muy concurrido donde todo tipo de seres se reunían allí cada día para vender sus productos o realizar sus compras diarias. Muchos se conocían de ahí ya que era un lugar demasiado pequeño pero eso no descartaba la posibilidad que forasteros de la galaxia llegaran y se refugiaran en dicho lugar, podía haber desde pilotos quienes llegaban en busca de comprar refacciones de sus naves hasta contrabandistas que realizaban sus sucios negocios. Inmediatamente Dallani pudo reconocer el lugar pues aquella vez que ella y la senadora Amidala fueron en busca de Skywalker, fue el primer punto donde empezaron a indagar hasta llegar con aquel toydariano de piel azul llamado Watto.

Nuevamente empezó a caminar a través del mercado, varios comerciantes se acercaban a ella ofreciéndole sus productos pero Baraan seguía distraída en su mente en busca del camino más próximo que daba con los Lars. Sumergida en sus pensamientos sintió la caminata de alguien muy próximo a ella, parecía que prácticamente le iban pisando los zapatos por lo que comenzó a caminar más rápido, y a pesar de eso aquella figura le seguía el paso al mismo ritmo. Ahora la ansiedad la invadía ya que sabía perfectamente que en Tatooine abundaban cazarrecompensas y temía que el cualquier momento fuese entregada a Sidious.

Al encontrar un callejón que la dejaba salir del mercado, intuitivamente ella lo tomó y pudo percatarse que aquella extraña silueta la seguía encontrándose con un hombre encapuchado, su gran túnica marrón cubría gran parte de su rostro por lo que era imposible distinguir quién era. Sutilmente sacó de sus bolsillos sus dos bláster que la acompañaban siempre y con una voz segura, elevando sus brazos lo apunto sin temor alguno.

-Más te vale que te apartes, al menos que quieras salir herido.

Aquel hombre lentamente subió su rostro para después lentamente descubrir su enorme túnica marrón, y era él, aquel hombre rubio de ojos olivo, llamado Obi-Wan.

[...]

Skywalker no tenía idea alguna por dónde empezar a buscar a Yoda, estaba consciente que si utilizaba la fuerza podría dar con su paradero, pero para él en esos instantes su mente estaba total mente deslocalizada. La culpa aún lo seguía matando por dentro, sabía perfectamente todas las cosas que había cometido y el engaño por el que vivió durante diez años, después de todo no se sentía tan bien con él mismo y decidió mentirle a su mujer que todo estaba bien, aunque en realidad era una farsa, la culpa de Vader lo llevaría arrastrado en sus hombros por todo el resto de vida y solo había una forma de hacer justicia; el mismo mataría a Palpatine incluso aunque le costara su propia vida.

Sin embargo no todo era culpa en Anakin, pues al mismo tiempo la simple idea de que era padre era una sensación extraña para él, jamás se imaginó en sus más remotos sueños algo como eso, ni tampoco estaba preparado para ser padre ¡Pero eso qué más daba! Era la mejor noticia que pudo recibir en todos sus treinta y dos años de vida, y lo mejor de todo es que era el fruto de su amor con Dallani. Ahora la necesidad de conocer a los gemelos era más ansiosa en él, a estas alturas sus hijos seguramente tendrían diez años y tal vez serían el vivo reflejo de su ángel como de él, pero se lamentaba tanto, pues hubiera dado lo que sea por tenerlos en sus brazos de bebés y ver su crecimiento, sin embargo ahora la incertidumbre era ¿En verdad estaban muertos? Skywalker sabía que no, la fuerza decía otra cosa y antes de terminar con todo este mal que empezó a lado del monstro de Palpatine, encontraría a sus hijos a como diera lugar.

For You (Anakin Skywalker)Where stories live. Discover now