"Zoelyn. Mi nombre es Zoelyn pero mis amigos me dicen Zoe. Mi hogar es el infierno; mi padre, el rey de todos los pecados. Y por lo tanto, me convierte en su princesa.
Cargo con la maldición de tener que hacer pecar a todos los humanos "inocentes"...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
(Créditos a MaryArgentum17 quien fue quien me hizo la imágen)
Pasan los segundos y Nick sigue con sus labios pegados a los míos, esperando a que yo le correspondiera o algo.
Después de unos segundos, él se separa rendido y me acerco rápidamente a su cara para poder besarlo. Nick me corresponde y rápidamente lleva el control del beso. Ambos llevamos el beso de la manera más calmada posible y solamente disfrutamos los labios del otro. Cómo si me dejara a mí tocar un pedazo de cielo.
Ambos nos separamos uno del otro cuando escuchamos la puerta abrirse. Volteo a ver quién es y vemos a una Jessamine con su misma cara de odio de siempre y cargando una bolsa a lado de ella.
—No se preocupen por mí. Pueden seguir comiéndose, pero quítense de aquí. Algunos tenemos cosas que hacer fuera de la casa y ustedes estorban.
Me apeno rápidamente y Nick me hace a un lado para que Jessamine pueda pasar. Al irse Jessamine, Nick y yo nos quedamos mirándonos uno al otro en un silencio un poco incómodo.
Nick me miró a los ojos y sonrió, logrando que yo me apenara más de lo que ya estaba.
—Claro que lo son. Solo que temes decirlo en voz alta, porque eso te haría aceptar que eres una humana. —Nick me toma del mentón y hace que lo mire directamente a esos ojos color grises que tiene. —O dime, ¿qué es lo que temes?
Mis ojos siguen centrados en los suyos, haciéndome perderme entre ellos. Dos brillantes ojos que me hacen sentir que vuelo entre ellos. Que me hacen querer decir absolutamente todo lo que me pida.
—Y-yo... —comencé a decirle con un susurro.
Y entonces fue cuando caí en cuenta de lo que él estaba haciendo. Y con un solo movimiento lo quité de mí.
—Deja de hacer eso.
Nick queda sorprendido ante mi reacción.
—¿De qué hablas? —me pregunta él, tratando de despistarme.
—No te hagas el que no sabes, Nick. Estás usando tus habilidades de ángel para hacerme hablar. Es lo que haces con los humanos. Haces que digan siempre la verdad.
Iba a meterme a dentro de la casa, pero Nick me detiene tomándome del brazo.
—Deja ya de excluirte de los humanos. ¡Tú eres una! No eres un demonio. Bueno, tal vez seas una parte, pero no eres completamente demonio. Y no, no estaba usando mis habilidades para hacerte decir la verdad. —dijo molesto. —No todo el mundo tiene maldad en su corazón o en la cabeza como te hicieron creer.
