Capítulo 6

11.5K 624 54
                                    

Una semana después de la fiesta, me encontraba en mi horroroso trabajo que hacía separarme de mi cama.

Todos los hombres que estaban allí, comenzaban a hablarme o a gritarme cosas obscenas al momento en el que bailaba alrededor de la mesa.

Estos hombres jamás aprenderán que solo necesitan un poco para ser corrompidos totalmente. Estúpidos.

-Déjame llevarte a lugares que tú no puedes ni imaginar. Dame unas solas de tus noches y te haré suspirar.-canté algo que se me vino a la mente a un hombre que se veía bastante atraído a mí.

El hombre simplemente se levantó del asiento y subió al pequeño "escenario" donde estaba.

Esto me trae recuerdos de la primera vez que le dije a mi padre que quería bailar.

Recuerdo que él lo tomó muy bien cuando se lo dije.

Obviamente, yo al ser una pequeña de 6 años solo pensaba que él ballet era un baile verdaderamente magnífico y que era lo que mí no tan inocente mente quería para poder salir adelante.

Por otro lado los deseos impuros de mi padre siempre estaban primero que los míos. Así que hizo que tomara clases bailes en los que podía seducir a los hombres y causarles envidia a las demás bailarinas.

Y desde entonces he aprendido que nunca le debo de pedir nada a Lucifer. Aunque fuera el último favor en el apocalipsis, nunca se lo debo pedir, pues él siempre va a ver la manera de que todo lo que quiera salga a su favor.

Volviendo al hombre, él estaba muy pegado a mi cuerpo. Demasiado en realidad. Podía notar que su cuerpo estaba bastante caliente con el mínimo roce de pieles que teníamos.

Esta va a ser una larga noche...

Llegué a casa de Abel y se escuchaban gemidos por todo el lugar.

-Perfecto- me dije mis pensamientos- está teniendo sexo por la casa y yo acabo de salir de un lugar donde se aspiraba el olor a sexo por doquier.

Que irónico.

Caminé hacia mi habitación pensando en lo mucho que me costaba estar de pie en cualquier lugar. Producto de la pereza...

Odio tener que ser los siete pecados a la vez encima mío. Es demasiado cansado para una mitad demonio mitad humano. Y más tener que aguantar todas las miradas de lujuria y envidia que me tienen.

Para una humana normal, sentirse deseada puede ser lo más importante y lo más codiciado entre los demás es lo más importante de todo. Pero en mí, es algo cotidiano y molesto desde que comencé a desarrollarme completamente.

No entiendo y creo que no llegaré a entender a los humanos y su manera de ser. Ellos toman decisiones erróneas, matan, violan, extorsionan, crean guerras por tonterías y aun así buscan el perdón de un ser que no están del todo convencidos que existe y no saben si los ha abandonado o no.

Lo más extraño es que me hayan dejado nacer. Si Lucifer quería un varón, ¿por qué no dárselo? Al parecer fui el único "error" que no pudo controlar.

Recuerdo lo que Abel me dijo esta mañana sobre Jason el chico con el que casi pierdo mi virginidad ayer en la fiesta. Me dijo que era un controlador, al igual que mi padre, y que quería ir a conocer al mismísimo Lucifer en personas. Esto me pareció curioso porque no pueden conocer a Lucifer a menos que él mismo te lo pida o hayas echo algo demasiado malo como para ser castigado o ser reconocido. Depende de qué tipo de malo estemos hablando.

Tengo muchas cosas que pensar y creo que es para eso que Lucifer me mandó a la tierra. Pero la pregunta es ¿pensar qué? ¿Por qué no le tengo respeto a mi padre? Muy fácil, él no se merece que lo llame padre. Primeramente él nunca estaba allí para mí y si estaba y le pedía ayuda él contestaba con "el mundo está lleno de decepciones, tú tienes que ver por ti misma y pasar por quienes te estorban" o mi favorito "no seas una estúpida y deja de llorar. Tú no vales absolutamente nada para mí" verdaderamente, él no era un buen padre y solo quería un heredero. Aunque sigo sin entender el porqué, ya que él es algo así como "inmortal" o eso es lo que me dijeron...

Abel entra a mi cuarto, como de costumbre desde hace una semana, sin tocar.

-¿Cuántas veces te he dicho que toques la puerta antes de entrar Abel? –le dije molesta.

-Demonios Zoe... pensé que estabas dormida.

-Pues ya te diste cuenta que no, Abel –le gruñí.

-Perdona princesa –dijo inclinando la cabeza con cierto temor.

Mierda, de seguro tengo parezco que tengo fuego en mi cabello.

-Abel... No hagas eso, sabes que me incomodas...

-Perdona Zoelyn... de verdad no quería molestarla y sé que merezco un castigo por mi interrupción de su espacio y...

-CÁLLATE –le grité molesta. –Abel, no hiciste nada malo. Simplemente debiste tocar a menos que hubieses querido hacer algo más que solo comunicarme algo, porque sabes que eso lo pagarás caro.

-Si princesa, solo le vengo a decir que... que... -se notaba trataba de recordar a lo que había venido, pero al parecer mi "transformación" lo asustó. Aunque no fue ni un 20% a lo que puedo llegar a ser. Supongo que solo era la impresión.

-Ya calma Abel –dije acercándome a él y abrazándolo.

Odio tener "respeto" porque esto que tengo, no es respeto, es temor que llego a dar a los demonios más jóvenes. Los demás, solo me respetan por ser la hija del "jefe"

-Zoe... perdona, pero me mandaron decirte que tu padre vendrá en dos meses para ver tu progreso.

Santa mierda. No he progresado nada. De seguro va a aumentar mi castigo.

- ¿algo más Abel? –dije con tono superior a él.

-No princesa. –dicho esto salió de mi habitación.

Vaya mierda. Estoy empezando a comportarme como Lucifer.

Necesito a Xemerius aquí, conmigo... Lo extraño, o eso creo. Jamás he extrañado a nadie. Pero él era el que me acompañaba en mis travesuras, el que me daba consejos cada vez que me metía en problemas, el que recibía los castigos por mí... Supongo que era el único al que podría decirle "amigo" en el inframundo. Ya que, no tenía muchos, o sí los tenía, querían tener un poco de sexo conmigo o tener algo de mí o simplemente que les mande a hacer algo ya que ellos los considerarían un honor servirme y blah blah blah.

Lindos amigos que tengo en el inframundo.

Suspiro profundamente y me paseo por mí cuarto.

No es mucho lo que tengo. Una cama King size, un mueble donde tengo todas mis cosas encima, un armario que parece otra habitación, un baúl con decoración de enredadera color negra, donde guardaba mis revistas, mi computadora y mis bolsas; entre otras cosas que Abel me dejó para estar cómoda. Además de que tenía mi propio baño para no joder a Abel en las mañanas o eso me dijo él.

La tierra no parece ser tan mala como la imagine. Puede que si soporte estar dos años o más estar en este lugar. Puede que también me pasee por todo los lugares de aquí y pueda causar una buena impresión en mi trabajo, además de engañar a mi inútil padre de que dejé de ser virgen en algún momento de mi estadía aquí. Aunque no sé si pueda, ya que mi parte lujuriosa, quiere dejarlo de ser... Puede que por eso me sigo lamentando de que Jason no haya tenido mi virginidad o que después de que pasara una semana de conocerlo, que no haya venido a cumplir su promesa.

Escuché que tocaron mi puerta y la abrí.

-¿Qué pasa Abel?

-Perdona Zoe, pero ya no aguanto.

Abel tomó mi cara entre sus manos y comenzó a besarme igual de posesivo o más que Jason.

Poco a poco comenzó a guiarme a mi cama, olvidando cerrar la puerta y todo lo demás. Quitaba con desesperación mi ropa e inclusive llegó a romper una de mis prendas, mientras que yo, por el contrario, lo desnudaba lentamente para torturarlo.

No sé. Siempre que tratan de desnudarme, me encanta desnudar a mi contrario lentamente...

Me tiró a la cama y comenzó a besarme todo mi cuerpo.

Supongo que lo demás, no hay necesidad de contarlo.

------------------------------------------------------------------------------------------------

¿Quien extrañaba a Zoelyn y sus tonterías? :P perdón por la tardanza, pero tengo imaginación de pepino en varios casos. Además de que aveces mi humor no me deja escribir :) bueno, aquí está el capítulo. 

La hija de LuciferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora