"La vida se me escurrió de entre los dedos como agua, fue arrebatada de mis manos sin miramientos y con crueldad. La propia muerte no estaba enterada de los planes de la oscuridad, que se escapada de su recelosa mirada y me abrazaba, hasta que mi al...
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ANGELA
Ese grito, estoy segura de que fue Silver, al oírlo la primer idea que me paso por la cabeza era que algo malo le había pasado...pero no lo parece. A penas había logrado contar parte de la historia a Drake.
Drake, verlo me ha llenado de tanto amor que no me cabe en el pecho. No estoy segura de poder separarme de él ahora que lo tengo tan cerca. Tan real.
Cuando salgo disparada hacia la habitación de Mark donde se encontraba Silver, tome la mano de Drake para que me acompañará y cuando llegamos a la puerta está se abrió de golpe. Abrí los ojos extrañada cuando vi frente a mi a una chica rubia, me dedico una sonrisa y luego se dirigió a Drake.
—El guardián se ha despertado muy violento, tiene a Alan contra la pared— dijo con un aire divertido en su tono de voz, aspire con fuerza y trate de asimilar sus palabras. Silver a despertado, Drake suspiró y entonces otro grito me saco de mis pensamientos, abrí la puerta con firmeza y pude ver a un chico de cabello negro tumbado en el piso con otro chico encima de él. El cabello naranja de Silver le caía por la frente y se veía realmente furioso.
—Silver— susurre cuidando cada paso que me acercaba más a él, mi amigo alzó la cabeza violentamente y cuando sus ojos se toparon con los míos le sonreí sin saber que hacer, estaba tan nerviosa como cuando lo vi por primera vez, mis manos temblaban y mis piernas, ni siquiera sentía las piernas.
—¿Angela?— la pregunta que brotó de sus pálidos labios sonó tan rota que me dieron ganas de llorar, asentí con la cabeza y Silver soltó al chico que tenía debajo suyo, parecía no poder creer lo que estaba viendo y cuando estuvo relativamente cerca de mi, me estrecho con fuerza, más fuerza de la necesaria.
—Silver, me lastimas— dije comenzando a sentir qué me faltaba el aire, lo mire y grite cuando vi sus ojos llenos de terror, de dolor.
—Tú no eres mi Angela— rugió con la mirada clavada en mis ojos, trate de zafarme de su agarre pero fue inútil, Silver es muy fuerte.
—Suéltala—amenazó Drake acercándose.
—¿Qué diablos...?— escuche la voz de Josten, los brazos de Silver desaparecieron y cuando volví a mirarlo, Josten y Drake lo sujetaban para que no me atacara de nuevo.
—¿Qué te pasa?— preguntaba Lucinda mirando a Silver con una confusión que deformaba su rostro en una expresión desconcertante.
—Todos ustedes son impostores, sigo en el Limbo, jamás saldré y les gusta torturarme haciéndome ver lo que quiero ver. Esto no es real ¡no es real!— grito Silver cayendo de rodillas, me quise acercar a él pero la mirada de advertencia que me dio Drake me paró en seco.
—Silver, estas a salvo— susurre sintiendo cada palabra como una navaja que cortaba mi garganta, él levantó la mirada y forcejeo con Drake y Josten para lanzarse hacia mi, golpeó a Josten en el abdomen sacándole el aire y dejándolo aturdido, después dio un puñetazo certero en el rostro del ángel que cayó con un gemido de dolor. Me hice para atrás pero no soy tan rápida, en tan sólo segundos Silver ya me había derribado.
