XL

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MARK

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MARK.

Un sueño, esto es un sueño, tiene que serlo, no pudimos haber fallado, no podemos estar muertos, simplemente no puede terminar tan mal, no puede. 

—¡No!— mis labios se abren para gritar cuando me levanto precipitadamente del suelo, la espalda me duele de una manera desgarradora pero detengo un alarido de dolor que se queda en mi garganta, las lágrimas comienzan a caer por mis mejillas empapando mi cara, miro a todos lados y no puedo creerlo, estoy en el bosque, pero ya no es de noche, ha amanecido.

—¿Drake?— la pregunta sale de mi garganta como un sonido roto, un sonido que me deja en evidencia como una persona débil, vulnerable,  no obtengo respuesta, estoy solo. La cabeza me da vueltas cuando trato de ponerme de pie, me volteo para ver el portal y esta cerrado.

—No, no, no, no, no ¡Angela!— grito rasgando el tronco de aquel viejo árbol con las uñas de mis dedos hasta que estos sangran, la perdí, los perdí a todos, pero... ¿cómo es que estoy vivo?, la fuerza me abandona ante la sola idea de la soledad y caigo de rodillas en el césped que es alumbrado con los pequeños rayos de sol que se cuelan de las copas de los arboles.

—Lo siento— susurro con mi frente contra la madera, ahogo un grito de frustración y entonces escucho algo, una rama rompiéndose detrás mio, hay alguien. Giro la cabeza rápidamente y no veo nada, limpio mis ojos con la manga de mi chamarra y me incorporo para buscar lo que sea que este ahí.

—Veo que ya estas bien— una voz delicada inunda mis oídos haciendo que cada musculo de mi cuerpo se tense de una manera casi dolorosa, miro hacia arriba y entonces me topo con una chica, la posición en la que esta me desconcierta, ella cuelga de una rama. En un movimiento elegante salta hacia mi,  instintivamente doy un paso atrás cuando ella cae de manera impresionante en el piso.

—Me da gusto que hayas despertado, por un momento creí que habías muerto— comentaba con un tono despreocupado, no pude evitar quedarmele viendo como idiota, es alta, casi de la misma estatura que yo, tiene el cabello rubio acaramelado hermosamente recogido en una coleta simple y cuando alza la mirada hacia mi, puedo ver unos lindos ojos castaños.

¿Quién es ella?

—No lo entiendo— logro decir cuando la chica se acerca hacia mi, analizando cada centímetro de mi cuerpo con la mirada, una ligera sonrisa aparece en su rostro y entonces me siento perdido.

—Claro, se me olvidaba que eras humano, esas cosas suceden con los humanos, son como bebés, lindos y adorables bebés— menciona casi de manera distraída, su tono me hace fruncir el ceño y cuando ella lo nota habla rápidamente.

—Perdón, era sin ofender, adoro a los bebés— añadió mirando mi mano con una posición pensativa—Estas sangrando—el tono tan preocupado de su voz me hace querer mirar, levanto la palma y tiene razón, un pequeño hilo de sangre cae por mi muñeca, la chica se acerca rápidamente para tomarme la mano y me sonríe.

Guardianes Nocturnos | En edición |Where stories live. Discover now