Shannon ahogó n grito de sorpresa. La pequeña vagaba su mirada de una ala otra sin entender. Esteban seguía mudo y estático en su sitio.

-Y esa marca... - empezó a decir Shannon.

-Es la que el bebé lleva tatuada en su cuello y ti tambien -finalizó la frase Francine rebosante de felicidad.

-¡Yo no tengo ninguna marca en el cuello! Yo no teno nada relacionado con esa marca - protestó Shannon revelando se- Ya aúnque la tuviera, ¿qué mas da? Es sólo un tatuaje.

-Dios, Shannon. A veces eres tan insoportablemente humana -masculló Esteban.

-¡Tu, cállate! -le espetó la aludida asesinando le con la mirada.

-quieta, fiera -contestó Esteban alzándolas manos inocente.

Shannon uso los ojos en blanco y dirgió su mirada a la pequeña.

-¿Qué pasaría sí yo tuviera esa marca? -preguntó indiferente.

Francine se colocó sus gafas en la punta de la nariz y se acomodó en su sillón, con la mirada perdida.

-Contéstame -repitió cada vez más enfurecida.

Francine aún se tomó unos minutos antes de contestar.

-Sï tuvieras esa marca, que estoy segura de que la tienes pero no te das cuenta -dijo- Sï tuvieras esa marca, significaría básicamente que eres la... Bueno, ¿cómo decirte? La... Ya sabes... La...

-¿La...?

-La Elegida, diablos, ¡la Elegida! -exclamó Esteban hartó de tanto suspenso.

¿La... Elegida? Shannon se pensaba que era una broma. Pero técnicamente no importaba. Total, ella no tenía ninguna marca.

-Bueno -respondió al fin- Tanto me da. Yo no tengo marca alguna.

-Yo no estaría tan segura, Seraphine -replicó Francine llamado la por su verdadero y recién descubierto nombre- Sino tuvieras la marca sería imposible que hubieras formado un vínculo con ella -señaló al bebé.

-Además, continuó Esteban- Mira -dijo cogiendo su brazo y subiéndole la manga.

-Mierda -masculló Shannon al observar lo que Esteban señalaba.

La mirada de Francine recayó sobre su persona antes de tirarse sobre el suelo de rodillas. Con ojos llorosos miraba el rostro estupefacto de Shannon, la cual no podía desviar su mirada de la pequeña marca grabada en su piel. Una estrella de cinco puntas con dos alas de ángel atravesadas por una espada y una corona en lo alto. Shannon titubeó antes de rozar con los dedos aquel simétrico dibujo que brillaba en contraste con su pálida tez.

-¿Esto es...? -comenzó a preguntar ella.

-La marca de Shizzat -terminó Esteban la frase por ella- Nunca me imaginé que me encontraría de frente a frente con la Elegida, la verdadera Elegida -dijo admirado.

-¡He soñado tantas veces con esto! -exclamó Francine- ¡Tantas veces! Mi querida, Seraphine.

Sus llantos comenzarona resonar en toda la estancia. Shannon no cabía de la sorpresa. No podía ser... Ella... Era ,a Elegida... De todas las cosas imposibles que podía ocurrir, esa ni se la había imaginado.

-¿Qué debo hacer ahora? -preguntó aún aturdida.

-Buena pregunta -respondió Farncine levantándose de repente- Siwnto todo este numerito, Shannon. Bueno, digamos que... Buff, ¿qué haremos ahora?

Shannon abrió los ojos sorprendida. Genial, por una vez la maestra no sabía algo.

-¿Y sí llamamos al Consejo? -propuso Esteban ante la ignorancia de Shannon.

-Buena idea, Esteban, buena idea. Ahora, Iros, chicos. Yo tengo que hacer unos trámites, por favor. Necesito espacio -les pidió la maestra a los presentes.

Esteban asintió y agarró del brazo a Shannon, llevándosela hacia la puerta.

-¿Qué es eso del Consejo? -preguntó Shannon.

-Luego te cuento -contestó sencillamente Esteban.

La niña revolteó a su lado y posó un beso sobre la mejilla de Shannon.

***

-No entiendo -replicó Shannon indignada.

Esteban negó frustrado y tomó asiento en el suelo, junto uno de los maniquíes de la sala de entrenamiento. La pequeña hada apareció segundos después con un pastel en una mano y una galleta de media Luna en la otra. Le entregó el pastel a Esteban con una dulce sonrisa y la galleta a Shannon, la cual la cogió en brazos y le plantó un sonoro beso en la mejilla.

-Gracias, pequeña -dijo Shannon dulcemente.

La niña sonrió marchándose sus hoyuelos y salió de la sala dejando tras sí un extraño polvillo dorado.

-Polvo de hada -sonrió Esteban- Tiene propiedades curativas.

Shannon alzó una ceja sorprendida.

-Peter Pan decía que el polvo de hada servía para volar. Necesitas fe, magia y polvo de hadas - murmuró Shannon nostálgica.

-Eso son cuentos de niños. Volar es imposible -torció Esteban mirando a Shannon burlón.

-Por lo que he visto nada es imposible. Los sueños se hacen realidad, ¿no?

-En el mal sentido -concedió Esteban solemne.

-Nadie sabe que existen en realidad esos seres y sin embargo... Yo sí. Es demasiado ficticio, Esteban. No puede ser real. A veces tengo la sensación de que en verdad estoy en un sueño y Pronto me despertaré.

-Simplemente es una realidad con aspecto de ficción, Shannon. Y lo que sientes es normal. Eres una novata -aclaró Esteban escéptico.

Shannon frunció el ceño acentuadamente. ¿Le estaba tomando el pelo?

-¿A quien llamas tú novata? -preguntó Shannon fingiendo enfado.

Esteban rió alegremente mientras se incorporaba de nuevo.

-A ti -respondió sencillamente.

-¿Ah si? ¡Pues te las verás conmigo! -exclamó Shannon colocándose en posición de pelea- ¡En guardia!

Esteban negó divertido.

-Ahora no, después quizás.

-Gallina -le espetó Shannon- Cobarde. ¿Tienes miedo de perder contra mi, Esteban?

Esteban resopló frustrado. Se cruzó de brazos y volvió a negar aburrido.

-Venga, cobarde, lucha contra mi -insistió Shannon.

-Prepárate para perder -gruñón Esteban colocándose frente a Shannon, dispuesto a atacar.

Shannon sonrió triunfante mientras lanzaba un gancho que Esteban esquivó fácilmente.

-¿Eso es todo lo que sabes hacer? -se burló el Rubio arrogante.

-Aún estoy calentando motores, cielo.

Está vez fue Esteban el que atacó a Shannon. Esta esquivó los golpes sin dificultades. Esteban volvió a intentarlo una vez más. Shannon se reía del en silencio.

- Te vas a enterar -gritó Esteban indignado tirando a Shannon al suelo.

-¡Tramposo! -exclamó Shannon.

Esteban reía mientras inmovilizaba a Shannon sin compasión. Esta intentaba sacarselo sin resultados.

-Id a haced Eso a otra parte. Aquí vive más gente, eh -bufón Beth desde el umbral de la puerta.

Esteban sonrió una última vez antes de apartarse de Shannon. Aunque no pudo evitar dirigir su vista a los labios de esta.

-¿Ya le has explicado a Shannon lo de Navidad? -preguntó Beth a Esteban en ese momento.

-¿Celebrais la Navidad? -preguntó Shannon ilusionada.

Su espíritu navideño salió de su escondite y se mostró en todo su eesplendor.

Cazadores de sueñosWhere stories live. Discover now