El día lunes todo estaba tranquilo en la unidad hasta que sonó el teléfono de la oficina de Olivia, contestó y salió de su oficina rápidamente.

—Tenemos un niño desaparecido en Central Park.

—Rollins y yo lo podemos tomar —le aseguró Fin a su teniente y se levantó de su lugar al mismo tiempo que Amanda.

—Voy con ustedes —contestó. Sus detectives sabían que había algo más detrás, no preguntaron y ella prosiguió—. Se trata del hijo menor de los Miller. Dueños de Juguetes Miller. El padre del menor ha donado mucho a la ciudad y el jefe quiere que encontremos a ese niño lo antes posible.

Salieron de la unidad rumbo a Central Park y al llegar habían más policías de lo normal en un probable secuestro.

—¡Vaya! se nota que los padres son influyentes —comentó Amanda al ver tanto movimiento.

Olivia rápidamente se acercó a los padres y a la niñera con quién estaba el pequeño, no sin antes dar indicaciones a sus detectives de interrogar a todos y ver las cámaras del parque.

Pasaron horas y no habían rastros del niño en el parque así que regresaron a la unidad para empezar a investigar el caso. Olivia estaba muy afligida por el caso. No se quería imaginar por lo que pasaba la madre del niño. La preocupación que debía sentir. Ella casi se había vuelto loca cuando Noah desapareció de su vista unos minutos en el parque.

Después de la alerta ámbar apareció cada loco llamando a la estación dando información incorrecta que hacía mucho más difícil el trabajo. Los detectives habían investigado a todas las personas que tuvieran algún interés de causarle daño a la familia y se encontraron con que hace 5 meses habían despedido a la niñera y aunque ésta no tenía antecedentes encontraron que estaba relacionada con un ex convicto, el cual tenía una larga lista de delitos y detenciones. Esa era su mejor pista.

La unidad no había parado en toda la noche buscando pistas de donde pudiera estar el niño. A penas amaneció fueron tras la antigua niñera de la familia pero en la dirección que tenían de ella no había nadie. Se dirigieron a la casa de su pareja, tenían que ir armados ya que era peligroso. Barba había conseguido con un poco de dificultad la orden de allanamiento. Los detectives empezaron a buscar en todas las habitaciones del departamento, encontraron sangre y muchas fotos del niño sacadas a lo lejos.

—Hey Liv, mira que tenemos aquí —dijo Fin mostrando unas fotos del niño en todos lados. Ahora si estaban seguros que tenían tiempo planeando todo.

—¡Bien! Escuchen todos. Busquen una dirección, fotos, algo que nos indique dónde se fueron. Quiero saber de quien es ésta sangre lo antes posible —ordenó Liv. Todos los detectives se movieron tras escuchar las indicaciones de su teniente.

—Teniente, parece un recibo de una bodega en el Bronx —comunicó Amanda acercándose con una hoja hecha pedazos.

Liv asintió y recibió una llamada donde le informaban que se habían comunicado con los padres pidiendo un rescate pero no habían logrado dar con su ubicación.

Ya habían pasado 30 horas desde la desaparición del menor y recién se habían comunicado estaban tomando las cosas con demasiada calma pensó Olivia.

Llegaron a la bodega del Bronx y se escuchaban llantos y gritos. Olivia hizo señas a Carisi para que pidiera refuerzos pero no podía esperar más así que ingresaron en silencio. Vieron al niño amarrado a una tubería en el piso. Muy sucio y con la frente partida. Le habían confirmado a Olivia que la sangre encontrada en el departamento era del niño. El hombre se dio cuenta de la llegada de los detectives.

—Un paso más y el niño muere —dijo apuntando con una glock calibre 40 al niño.

—No queremos que nadie salga herido. Deja ir al niño —contestó Olivia tratando de aligerar el ambiente.

Reencuentros amorososWhere stories live. Discover now