38. Cerrando círculos.

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¡Estas aquí, mami!

—Te extrañe mucho—murmuré con la voz contenida.

Damián nos rodea a ambas y lágrimas de felicidad bajan por mis mejillas. Al fin estaba completa, en mi sitio.

Todos me recibieron con los brazos abiertos, mostrando lo felices que estaban con mi decisión, con tenerme de vuelta. Y definitivamente yo compartía el sentimiento.

Fue una tarde preciosa junto a mi familia. Vistazos fugases de reuniones parecidas comenzaron a aparecer en mi mente, recuerdes breves y maravillosos de los momentos vividos con ellos. Lo mejor del día, además de volver junto a Damián y ver a mi niña, fue reconciliarme con mi hermana.

Nos abrazamos con fuerza, pidiéndonos perdón por tan duras palabras que habíamos dicho sin pensar, cegadas por el enojo y la desesperación.

—No hablaba enserio, Val. Me alegra tanto que estés viva, nunca pude superar el hecho de perderte y sentir que a pesar de todo iba a hacerlo, me hizo decir estupideces que solo tenían el fin de herirte y hacerte reflexionar.

—Lo sé, Teff y no tengo nada que perdonarte. Sé que no actúe de forma correcta, que estaba siendo cobarde. Nunca debí contestarte como lo hice, peque.

Nuestros padres sonreían alegres por vernos de nuevo juntas y en paz, como siempre había sido.

Les conté lo sucedido desde que me fui y que necesitaba regresar para cerrar ese capítulo de mi vida, pero que no lo haría sola, sino que Damián y la niña vendrían conmigo.

—No soportaría saberla lejos de nuevo, ni aunque fuera unos días—había dicho mi esposo, haciendo reír a todos, que lo entendían a la perfección. La más emocionada ante el anuncio, fue mi Mel.

¿Vele mi solplesa mami? —Cuestionó.

—Sí, princesa. Para cuando lleguemos, ya debe estar lista—aseguré.

—Y luego dicen que nosotras malcriamos a esa niña—replica Ale en broma y reímos, pues era tan cierto, todos contribuíamos a hacer de mi hija, una consentida. Pero era inevitable, era una nena preciosa que se merecía todo lo bueno que la vida pueda darle y me encargaría personalmente de eso.

Ella sería feliz y viviría al máximo, disfrutando de cada momento, pues ya habíamos comprobado que nuestro destino no estaba escrito y podría cambiar en cualquier segundo.

***

Un par de días después, volamos juntos a España. Al final, Teffie se había unido al viaje e iba con nosotros, quería conocer lo que había sido mi vida ese tiempo.

—¿Qué harás con el taller y la boutique? —Preguntó con curiosidad.

—Aún no he hablado con mamá acerca de eso... supongo que ella se hará cargo, de todas maneras los diseños puedo hacerlos desde México. Me preocupa más la universidad, me falta un año para terminar. Estaba pensando que podría buscar una escuela en casa e intentar que me respetasen el avance—comenté.

Al ir en busca de Damián estaba consiente que tenía que renunciar a varias cosas, entre ellas a la universidad, al taller, la boutique... pero no me pesaba, no es como si dejara el diseño por completo, aún podría seguir desarrollándolo desde mi hogar.

—Podrían aprovechar para expandirse. Dar a conocer la marca en el país, no sé, algo como eso—sugirió mi hermana—. Sus diseños con preciosos y te aseguro que serán aceptados con facilidad.

—Gracias, Teff—sonrío—. Y no es mala idea, de hecho entre los planes era expandir la marca a otros países. Supongo que podemos comenzar ahí... de todas maneras, lo hablaré con mi madre. Estoy segura que encontraremos la manera de hacerlo funcionar.

Comenzando De Nuevo ©Where stories live. Discover now