29. Penetrantes ojos azules.

4.2K 307 40
                                    

Papá y mis hermanos se estaban haciendo cargo del viaje, no dudaron ni un momento en acompañarme. Tenía tanto que procesar, aun no me hacía a la idea de que finalmente, después de casi dos años de espera, conocería a mi familia... quien era realmente.

Mi verdadero nombre aún resonaba en mi mente una y otra vez, intentando reconocerlo pero nada sucedía y era más estresante que de costumbre. Seguíamos a la espera de más información pues los detectives solo tenían lo que venía en el expediente forense... cada que recuerdo que me creen muerta, un estremecimiento recorre mi cuerpo, no puedo imaginar cuan doloroso habrá sido para ellos.

Me daba rabia pensar que se pudo haber evitado, que alguien sin escrúpulos, sabiendo lo que significaba encontrar mi pasado, haya obstaculizado la investigación. Si bien quería descubrir quién estaba detrás de todo eso, era más apremiante el encuentro con ellos, aun cuando nos lo recuerde, tenían que saber que estaba viva. La psicóloga decía que era probable que al verlos, alguno de mis recuerdos emerja, que la familiaridad de su entorno sea de gran ayuda para mi recuperación.

Estaba ansiosa por el encuentro y aunque no se produciría hasta dentro de un par de días, los nervios podían conmigo. Como habíamos acordado al descubrir la farsa de Bernardo, no habíamos hablado con nadie al respecto pero sabía que Martín debía estar enterado, debía saber que pronto me reuniría con mi pasado y ambos teníamos que estar preparados para lo que pudiera encontrar. Mi novio tenía que saber quién era en realidad.

No tenía idea como decírselo, pase horas pensando la mejor forma de hacerlo pero simplemente no la hallaba. Él sabía que algo me sucedía pero no presionó para que le contara. Esta noche me había invitado a cenar y estaba armándome de valor para hablar al respecto. Los nervios estaban acabando conmigo momentos antes de que llegara, tenía miedo de cómo iba a tomarlo.

—Hola preciosa, ¿Cómo estás? —Saludó en cuanto salí a su encuentro.

—Hola... bien, ¿tú? —Murmuré con toda la calma que logré aparentar.

—También. Espero que tengas hambre porque reservé en tu restaurant favorito—anunció.

—Gracias...

Apenas cruzamos palabra camino al lugar, no tenía cabeza para hablar de trivialidades. Él intento por todos los medios distraerme durante la cena pero no podía seguirle, me daba cuenta que estaba frustrándole no poder llegar a mí. Antes del postre, decidí que era ahora o nunca.

—Martín... yo...—comencé pero las palabras no salían.

—¿Qué sucede, Lisa? Has estado muy extraña...—dice sin asomó de reclamo, simplemente estaba desconcertado por mi actitud.

—Yo... mi nombre verdadero es Valeria, Valeria Sandoval—solté sin más.

—¿Cómo? —Preguntó consternado.

Largué un suspiro y le conté todo lo sucedido.

—Iré contigo—aseguró en cuanto terminé.

Lo pensé un momento y aunque me hubiera gustado tenerle cerca, no creía que fuera correcto.

—No lo sé... siento que debo hacer esto sola, mi familia estará cerca por cualquier cosa—no quería hacerlo sentir mal.

—Pero me gustaría estar a tu lado en esos momentos—insistió.

—Ya veremos ¿sí? Aún no hemos decidido nada, estamos a la espera de información por parte de los detectives—murmuré, no queriendo negar ni aceptar en ese momento.

Comenzando De Nuevo ©Where stories live. Discover now