Comenzando De Nuevo ©

8. Te amo.

14 de febrero se acercaba. Damián y yo ya llevamos 6 meses juntos y para celebrar ambas cosas le tenía preparado una pequeña sorpresa, una cena en el jardín. Estaba nerviosa porque quería hacer todo por mi cuenta y las dotes culinarias no son precisamente mi fuerte, sin embargo Nidia, nuestra nana prometió ayudarme. Estaba el hecho igual que mis padres habían salido de viaje desde hace dos días a la capital, para la operación de una de mis abuelas, no era muy común que nos quedáramos solas pero prometiendo portarnos bien y manteniendo a Nidia informada de todo, nos dejaron.

La noche del 14, mi hermana saldría con sus amigas y Nidia después de ayudarme a cocinar se iría a su casa para pasarla con su esposo. Tendría la casa para mí cita con Damián, y siendo honesta estaba demasiado nerviosa. Sería la primera vez que estaríamos completamente a solas y aunque sé que el esperará a que esté lista,  no sé realmente cuando sucederá. En ocasiones cuando estábamos juntos sentía que nada importaba y solo quería estar con él, pero algo me lo impedía en el último momento. Sin mencionar que ningún te amo se ha mencionado, ni de su parte ni de la mía… supongo que eso no ayuda a sentirme lista ni decidirme a dar el siguiente paso. A veces me descubro dudando de lo que siente por mí, de lo nuestro… pero cuando estamos juntos cualquier pensamiento de ese tipo desaparece ya que sigue tratándome como una reina; es atento, cariñoso, tierno y cuando me besa siempre lo hace con tanta delicadeza que hacia derretir mi corazón.

Había decidido cocinarle lasaña, Nidia y yo pasamos la tarde en trajinadas en eso y un pastel de fresas que sabía le iba encantar porque era su favorito. Descubrí que cocinar no era tan difícil, e incluso me divertí mucho. Mi nana se río hasta que le dolió el estómago cada que me equivocaba o tiraba algún ingrediente, pobres las chicas de limpieza sí que tendrán trabajo mañana, habíamos dejado el piso demasiado sucio sin mencionar todas los recipientes que ocupamos. Hubiéramos comenzado a limpiar pero se nos hizo tarde, Nidia tenía una reservación a las 8:30 pm para cenar con su esposo y Damián estaría aquí a las 9:00pm, por lo que solo teníamos poco más de una hora para arreglarnos.

-Suerte, hija. Todo quedo delicioso y la decoración maravillosa, seguro al joven Damián le encantará.-Dijo mi nana cuando se despedía.

-Gracias, diviértete con Manolo-sonrío y se marchó.

Tome un baño con rapidez y busque en mi closet lo que había comprado para esta noche. Un vestido lavanda de encaje, ajustado arriba y holgado en la parte de la falta con unas zapatillas de piso plata y complementos a juego, deje mi cabello suelto y definí algunas ondas con la plancha, me maquille rápidamente y cuando estaba poniéndome el perfume escuche que tocaban la puerta principal, seguro era Damián. Baje de prisa y en cuanto estuve enfrente de la puerta respiré para calmar mis nervios.

-Princesa…- me saludo con una sonrisa, apenas abrí- Te ves hermosa- murmuro mientras me besaba suavemente en los labios y tomándome por la cintura.

-Gracias amor, tú también te ves bien- dije enrollando mis brazos en su cuello para acercarlo más a mí- Feliz San Valentín-murmure sobre sus labios y besándolo de nuevo, este fue un poco más intenso y comencé  a sentir como todo mi cuerpo reaccionaba y despertaba a sus suaves caricias. Nos separamos por falta de aire, y sonreímos mirándonos como tontos, bueno estamos enamorado se supone que es normal.

-Feliz San Valentín, princesa- dijo levantándome del suelo, yo solo reí feliz y enternecida.

Fuimos a la sala y nos quedamos un rato platicando allí, yo sentada sobre su regazo. Me pregunto a donde quería ir a cenar, nuestros planes para esta noche y no pude evitar la enorme sonrisa que se formó en mi rostro. Cuando días a tras me dijo que iba a reservar en un lujoso restaurante le dije que no lo hiciera, que ese día improvisaríamos algo para hacer, me miro interrogante pero como siempre no objeto nada.