Capítulo 51. Boda trágica.

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Un momento, ¿Por qué estoy haciendo esto? – pensaba el príncipe – ¿Es que no tengo derecho a un poco de felicidad? Podría fugarme con Katara y pasar con ella, los pocos días que me quedan de vida.

Entonces recordó las palabras de su tío, el día que regresaron del festival de los enamorados de la isla Ember.

¡Te dejó solo por un par de días y HACES TONTERÍAS! – Gritó Iroh.

¡Tío!

¡PUSISTE EN PELIGRO TU VIDA Y LA DE LOS DEMÁS!, ¡CUIDAR DEL GRUPO ERA TU RESPONSABILIDAD Y EN LUGAR DE MANTENERLOS A SALVO LOS LLEVAS AL FESTIVAL MÁS CONCURRIDO DE LA NACIÓN DEL FUEGO!, ¿EN QUÉ RAYOS ESTABAS PENSANDO?

¡Lo siento! – dijo Zuko avergonzado.

Decir "lo siento" no basta ¿Sabías que Azula y sus amigas estaban ahí? – PUDIERON ATRAPARLOS A TODOS ¿Qué hubiera pasado si los hubieran capturado? Pudieron haber muerto y habría sido tu culpa. ¡Creí que habías madurado. Que por una vez en tu vida harías lo correcto, pero no has aprendido nada!

Mi tío tiene razón – pensó – tengo que hacer lo correcto y evitar que Azula reclame el trono, de lo contrario, mucha gente sufrirá.

Resignado, Zuko espero a que Mai, vestida de novia, avanzara por la alfombra roja, del brazo de su padre, mientras se escuchaba la marcha nupcial. Fue hasta ese momento, en que Zuko se dio cuenta que en las bancas estaban la madre de Mai, y todos sus parientes, destacados funcionarios y distinguidos miembros de la alta sociedad.

Al menos tendremos paz por un tiempo – Zuko suspiró –. ¡Ah, me estoy engañando! En uno o dos años no podré arreglar todo lo que está mal en el mundo... ¡Qué me pasa! Si hay problemas, Aang se encargará de resolverlos... ¡pero es sólo un niño!... Azula podría causarle muchos problemas si reclama el trono. La única forma de evitarlo es con nuevos herederos al trono... ¿Y si no pudiéramos tener hijos?... ¡Si no tengo descendientes, todo esto sería en vano!

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Mar adentro, en la cabina principal del barco, el capitán sujetaba el timón y disminuía la velocidad cuando escuchó unos pasos que se acercaban.

– ¿Ya acabaron con la princesa?

– Lamento decepcionarlo – Ursa colocó la afilada hoja de su espada en el cuello del capitán.

– ¿Qué pasó con mis hombres?

– Están atados y fuera de combate. Ahora explíquese ¿por qué trató de matarnos?

– Sólo seguí las ordenes de la princesa Azula.

– ¡Miente!

– No miento. Este es el mensaje.

El capitán sacó de su bolsillo una carta que le mostró a la princesa Ursa. Ella leyó:

Por ordenes de la princesa Azula, la prisionera Ursa no debe volver a la Nación del Fuego. Llévela mar adentro, rumbo al este, y mátela. Después haga explotar la nave para no levantar sospechas.

Atentamente, Coronel Shinu.

– ¡No es posible!

Aprovechando la conmoción de Ursa, el capitán sujetó su muñeca y la derribó. De inmediato, disparó una ráfaga de fuego en la cabina y corrió a la cubierta para lanzarse al agua, en donde sus compañeros lo esperaban en un bote.

Al levantarse, Ursa observó que el fuego del capitán había encendido varias mechas y un camino de pólvora que avanzaba hacia un conjunto de explosivos.

Un Amor Imposible. Zuko & KataraWhere stories live. Discover now