—¿Qué es eso?— pregunte presa del miedo que amenazaba con corromperme. Drake me tomo la mano con suavidad y corrimos hasta la base del árbol donde se encontraba Josten. El demonio estiró su mano hacia nosotros y cuando menos me lo espere Drake ya me estaba cargando sobre sus hombros para alcanzar a Josten. La mano del ojiazul me tomo con fuerza elevándome como una simple pluma hasta aquella rama tan alta y firme, me tambalee un poco mientras sujetaba mi cuerpo al pedazo de madera, mire hacia abajo y Drake estaba intentando subir, los gemidos que tanto me asustaban ya estaban cerca, demasiado cerca.

—¡Drake!— grite cuando varias sombras comenzaron a aparecer alrededor de nosotros, Drake aún no subía y podía notar el líquido carmesí que caía por su espalda, aquellas  criaturas tenían unos inmensos dientes y estaban comenzando a subir por el árbol rasguñando y mordiendo a Drake.

Estaba tan asustada que no había notado la presencia de Josten, parecía perplejo con la escena. Comencé a gritar moviéndome hacía Drake para alcanzarlo y ayudarlo a subir, pero la rama amenazaba con romperse si daba un paso en falso.

—Drake, sube, rápido— estire mis manos y una de esas criatura me gruño con un veneno latiente en sus ojos rojos inyectados en sangre.

El chico de los ojos naranjas sólo me dirigió una mirada de tristeza y se dejó caer, sentí que el aire desapareció a mi alrededor dejé salir un grito mientras buscaba la forma de bajar de aquel árbol, note que Drake ya en el piso era golpeado con aquellas sombras, el ángel se movía con elegancia peleando con esas cosas, golpeaba sus delgados cuerpos haciendo que de pronto el silencio de la noche se convirtiera en un conjunto de aullidos de dolor.

—Sacala de aquí— grito Drake mirando hacia arriba, no estaba mirándome, gire la cabeza y me topé con la mirada de Josten mientras me tomaba del brazo alejándome de la escena. Grite y lo golpee, tratando de zafarme, no podíamos dejar a Drake con esas cosas, no lo podíamos dejar solo.

—Suéltame Josten— el demonio me apretó con fuerza, sabía que podíamos perder el equilibrio y caer pero no me importa, tengo que ayudar a Drake.

—Angela cálmate, si te sigues retorciendo así no podre sacarte de aquí— mencionó Josten sujetando mis muñecas con fuerza, por un instante me quede paralizada mirándolo,  hasta que Drake lanzo un alarido de dolor, rápidamente voltee hacia abajo y esas cosas lo tenían contra el piso mientras desgarraban su piel con esos afilados dientes, eran demasiados. Drake moriría.

—Drake, tenemos que ayudarlo— comencé a gritar notando como unos cuantos de esos monstruos subían por el tronco hacia nosotros, uno estaba sobre la rama mirándome con una sonrisa llena de dientes, me quedé tan anonadada al ver que tenía el aspecto de un humano, podría jurar que son humanos.

—Josten ¡muévanse!— exclamó Drake lanzándose hacia tres de las criaturas que subían por el árbol, otros seis lo atacaron y por un momento lo perdí de vista, el pánico me lleno el pecho y me gire para ver  a Josten. Se veía tan asustado que casi me dio lastima, lo necesito, él puede ayudar a Drake, entre los dos podremos.

—Vamos— me jaloneo lejos de aquellas cosas tan desagradables,  me solté de él y le lance una cachetada, el demonio pareció dolido con mi acto, se llevó la mano a la mejilla y me miro como si no pudiera creerlo.

—Me largo— comentó el chico comenzando a moverse entre las ramas, Drake seguía gritando y tenía que hacer algo para ayudarlo.

—Espera, no puedes dejarnos aquí— exclame sin dejar de mirar a aquella monstruosidad avanzando hacia mi.

—Me demostraste que no  te agrado, entonces he llegado a la conclusión de que no quieres mi ayuda tampoco ¿para qué intentar?

—No me agradas pero te necesito, Drake morirá si no lo ayudas, te perdonaré, lo haré si lo ayudas— dije sintiendo como la rama crujía debajo de mis piernas.

Guardianes Nocturnos | En edición |Where stories live. Discover now