Soy Rosmery Swan tengo 18 años desde hace más de 3 años soy una híbrida, y he pasado la mayor parte de ese tiempo aprendiendo a conocer y controlar mi nueva yo. Ahora después de que mi padre tomara la magnífica decisión de enviarme a vivir con mi ma...
A estas alturas supongo que la carta tuvo que haber llegado, tengo tantos deseos de llamar para saber si le gusto, pero la sola idea de pensar que Edward pueda tomar el teléfono me pone la piel de gallina.
Soy consciente de que me merecía todo lo que me dijo, pero eso no quita el hecho de que me duela, las pesadillas se redujeron esta semana y eso me tiene un poco más relajada.
Damon salió hace dos días a encontrarse con su mejor amiga, insistió mucho en que lo acompañara, pero no creo que sea el mejor momento, ha llamado casi todo el tiempo y prometió regresar hoy, y eso espero porque esta casa es demasiado grande para mí sola.
Ahora mismo estoy en el baño de mi habitación esperando el resultado de un test de embarazo que acabo de hacerme, olvide aplicarme la inyección el mes pasado y he comenzado a pensar que tal vez eso es la causa de mi malestar.
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Mi sonrisa se ensancha cuando veo las dos líneas, estoy segura de que Damon va a estar furioso, pero es justo lo que esperaba. Sé que es muy pronto y que Damon y yo apenas llevamos juntos unos meses, pero no hay nada que ansié más que ser mamá.
—nena. -doy un salto en mi lugar al escuchar su voz, se supone que avisaría. —mierda, Damon. Vas a matarme. -me vuelvo en su dirección mientras intento esconder el test.
—pensé que me habías escuchado llegar. -dice y yo le sonrío. —no, estaba algo ocupada. -se acerca a mí y yo me tenso.
Me da un profundo beso, antes de separarse de mí y morderse el labio. —¿Cómo te fue? -pregunto. —luego te cuento, tu compañera, Lily creo que se llama, te espera en la sala.
—ella no sabía de lo nuestro. -se ríe. —lo sé. Cuando se vaya a ir le ordenare que lo olvide, no te preocupes, ve. -da un tierno beso en mis labios.
Salgo de la habitación hecha un manojo de nervios, bajo las escaleras, y es justo en ese momento que recuerdo que he dejado el test dentro del lavamanos. —Ros. -salgo de mi ensimismamiento cuando veo a Lily. —hola, perdón la espera. -me sonríe.
—no te preocupes, no sabía que tú y él profesor. -se sonroja. —siento no habértelo dicho, es solo que se supone que nadie debía saberlo, él y yo estamos juntos desde antes de llegar a Viena y creímos que era mejor que nadie lo supiera.
—entiendo. -la guió hasta el comedor para que podamos trabajar en nuestro trabajo. —¿viven solos en esta casa? -asiento y ella repara otra vez el lugar.
