La Gemela De Bella ( Edward Cullen)

❤Capítulo 30❤

—desde que tú apareciste he leído mucho, tratado de buscar historias similares a la tuya, pero no he encontrado nada. No podría estar seguro de si funcionaria.

—es algo en lo que no dejo de pensar. Me asusta pensar en eso. -toma mi mano. —tranquila, depende de que tan grande es tu parte humana, de que órganos están funcionando correctamente y claramente saber si estas en condiciones. -suspiro.

—¿Cómo puedo saberlo? -pregunto. —tengo que examinarte, es la única forma.

—hagámoslo. -me mira. —¿segura? -asiento.

—está bien, tú dirás cuando empezamos. -me muerdo el labio. —lo antes posible, el problema es que no quiero que nadie lo sepa, quiero que esto sea algo entre los dos.

—será como digas, lo que sí es que debemos buscar un lugar. Lo más conveniente sería el hospital, pero no creo que sea seguro.

—Carlisle. -escucho la voz de Jas y Carlisle se pone de pie y va abrir. —estaba seguro que eras tú. -corre y me abraza.

—voy tarde al hospital, Ros, yo arreglare el asunto, estamos en contacto. -le sonrío y me pongo de pie. —gracias. -le doy un corto abrazo.

—adiós. -se despide de ambos y nos deja. —que misteriosos, ¿de que hablaban? -pregunta mientras me arrastra hacia la sala.

—cosas mías. ¿Cómo va todo? -pregunto. —nada normal, las chicas están corriendo por toda la casa todo el tiempo horrible. -me río.

—¿Cómo estás tú con toda esta situación? -pregunta mientras me sirve una copa de vino. —mejor. Superándolo.

—superando ¿Qué de tantas cosas? -me río. —todo, supongo.

—empezando por lo de tu hermana, déjame decirte que el que no lo vieras es extraño. -se sienta a mi lado y me entrega la copa. —desde que me convertí, he leído mucho escuché mitos sobre doppelgänger creí que tal vez eso éramos.

—y tú eres la malvada. -ambos reímos. —tal vez. -sonríe.

—tuvo que ser un golpe duro para ti. -la última vez que hablé del tema fue el día que conocí a Damon y eso que en ese momento estaba ebria. —ha sido horrible, Jas, el solo hecho de saber que tengo una hermana, pienso que me hubiera dado igual de duro así Bella y yo fuésemos amigas, es el hecho de que mis padres me lo ocultaron por tantos años. -me abraza.

—pero no crees que fueses sido más difícil crecer sabiendo que tenías una hermana a la que nunca conociste.

—no digo que me lo hubieran dicho cuando estaba pequeña, pero luego cuando necesitaba saber porque mi mamá me trababa como lo hacía. -aprieta su abrazo. —quise huir. Cuando Damon recién apareció, consideré irme con él, pero luego pensé mucho en mi papá, estaba tan resuelto a dejar su vida en Phoenix para pasar tiempo con sus hijas que no pude hacerlo, aun cuando no tengo nada para quedarme aquí.

—no digas eso, nos tienes a nosotros que somos como tu familia.

—lo sé y agradezco haber encontrado personas tan especiales como ustedes. -sonríe. —dejemos las cosas tristes aun lado. Supe que terminaste con el lobo. -golpeo su hombro.

—auch. -se queja. —sí bueno, en realidad fue él quien termino conmigo, creo que Isabella por fin logro su cometido. -me mira confundido.

—oh vamos, sé que tú lo sentías. -se ríe. —sí, pero que quede entre los dos. -asiento.

No sé la verdad por cuanto tiempo hablamos, se supone que las chicas llegarían rápido, pero creo que llevo como dos horas aquí hablando con él y ellas nada que aparecen.