La Gemela De Bella ( Edward Cullen)

❤Capítulo 16❤

Narra Ros...

Victoria me lleva a su ritmo tomada por la muñeca, mi plan de hacerme pasar por Bella, ha funcionado a la perfección, ahora solo me queda intentar convencer a Victoria para que se olvide de la descabellada idea de vengarse de los Cullen.

Se detiene frente una cabaña que está muy adentro en el bosque. —¿con que aquí has estado todo el tiempo? -digo. —lejos de los licántropos y lejos de tus apreciados Cullen. -dice.

—aun sigo procesando el hecho de que hayas decidido morir solo por salvar a una persona que ni siquiera tiene un alma. —suspiro. —no lo conoces. -digo nerviosa, mientras que ella esposa mi muñeca a un tubo de metal, revisa mis bolsillos y me quita mi celular.

~*~

No tengo ni la menor idea de cuánto tiempo ha pasado desde que estoy aquí, Victoria ha salido desde hace un par de horas y estoy agotada de estar sentada aquí.

—me gusta verte así. -acaba de aparecer y deja las llaves en la barra del desayuno. —¿Qué es lo que planeas hacerme? -pregunto.

—esperar. -frunzo el ceño. —a que tu adorado Cullen te encuentre, cuando lo haga te matare frente a él, sin que pueda hacer nada. -dice con una sonrisa en sus labios.

—yo no soy la culpable de que James se obsesionara conmigo. —arrastra una silla y la pone frente a mí. —lo sé, pero fue gracias a ti que ellos lo asesinaron, Edward lo provoco.

—yo no tengo nada que ver. -me enderezo. —deja de repetir lo mismo.

—lo digo enserio. Vic. -se tensa. —¿Rosmery? -pregunta.

—te pedí que te alejaras de ellos.

—no puedo creer que estés aquí, después de lo que le paso a tu padre. -siento un escalofrió recorrerme la espalda. —mi padre. ¿Qué le hiciste?

—solo intentaba mantenerte al margen de esto, pero al parecer para ti son mucho más importante los Cullen. -ahora entiendo el dolor anoche. —Victoria, ¿Dónde está mi papá?

—no lo sé, lo más probable es que esté en un hospital de Port Ángeles. -intento soltarme de la esposa, pero lo único que logro es lastimarme. —tranquila, lo deje con vida.

—suéltame, Victoria. -sigo moviendo la muñeca, pero lo único que logro es cortarme. —lo siento. -me tira la chaqueta que traía puesta y luego desaparece de mi vista.

Con la mano que tengo libre, esculco dentro de los bolsillos y encuentro mi celular.

Marco el numero de la casa de los Cullen, timbra varias veces, pero nadie responde, así que sigo insistiendo porque no quiero llamar a preocupar a mi mamá.

—hola, buenas tardes. -escuchar su voz me relaja considerablemente. —soy yo. -me lo puedo imaginar sonriendo.