La Gemela De Bella ( Edward Cullen)

❤Capítulo 47❤

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Hoy ha sido un día extremadamente largo, odio no saber nada de Damon, lo he estado llamando durante todo el día y no se ha dignado a responderme, algo raro está pasando.

Después de que papá se fue me pase el día con Rosi, Ali y Esme hablando sobre lo que fue el embarazo de Bella y lo que ha sido mi experiencia como mamá, Alice está encantada con Tony incluso ha sido ella quien me acompaño a donde mi papá en la tarde.

Según ellas es raro ya que con Nessi a pesar de que la quiere mucho, su relación es un poco distante ya que como ella misma lo dice estar cerca de ella le produce dolores de cabeza.

Pasar el día con mi familia, me demostró lo mucho que echaba de menos eso, pase un día muy agradable, pero aun así no he dejado de pensar todo el día en mi hermana, si el tal Klaus le hace algo por mi culpa no podre perdonármelo nunca.

—¿en qué tanto piensas? -saco mi cabeza del libro y lo miro. —en muchas cosas. ¿Por qué no saliste con los demás? -los únicos en la casa además de él y yo son los niños y Seth que está jugando con ellos arriba.

—me alimente ayer, antes de que llegaras, además quiero que hablemos. -me tenso. —¿de qué? -cierro el libro y me enderezo. —vamos. -me estira la mano para ayudarme a poner de pie.

—los niños. -digo. —solo al jardín, quiero un poco de privacidad. -asiento, me pongo de pie sin tomar su mano y los sigo cuando comienza a caminar al jardín.

—¿de qué quieres hablar? -le pregunto. —sobre esto. -me tenso cuando veo el papel entre sus dedos, guardaba la esperanza de que no lo hubiese encontrado. —lo encontraste. -digo, aunque eso es obvio, pero estoy nerviosa.

—¿Por qué no me lo dijiste antes? -pregunta. —no lo creí necesario Edward, eso no iba a cambiar las cosas.

—hace unos años, mucho antes de que conociera a Bella, fui de viaje con Rosi y con Em a Payson, a decir verdad, nunca comprendí lo que me paso allí. -me muerdo el labio. —iba cada día a esa biblioteca porque algo me atraía a ella, cada vez era más intensa la sensación de que iba en busca de algo, algo me recorría el cuerpo todos los días y siempre espere a que se intensificara, para poder saber que era, pero nunca ocurrió.

Me mira en silencio unos segundos y después continua. —cuando te vi por primera vez lo sentí de nuevo.  ¿Por qué nunca te atreviste a hablarme? -pregunta. —no lo sé, te veía tan perfecto ahí sentado que no se me ocurrió que te pudieras fijar en mí, no estaba pasando por mi mejor momento. -me tenso.

—¿Cómo lo encontraste? -señala el brazalete en su muñeca. —el día que no apareciste, fue el día que me atreví a entrar, me senté donde tú lo hacías y allí lo encontré, me pensé mucho el sí devolverlo o no, al final decidí que no, que te lo entregaría personalmente el día que te volviera a ver, estaba decidida a ir todos los días a ese lugar hasta que te volviera a ver.

—pero no lo hiciste. -frunzo el ceño. —¿Qué?